jueves, 20 de diciembre de 2007

Poemas de Hanni Ossott


Este 31 de diciembre se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Hanni. ¿Qué podría decir de una de las más hondas poetas venezolanas contemporáneas? De su mano di mis primeros pasos en la poesía. Leyó con respeto y generosidad mis primeros poemas. Leí algunos de sus versos antes de que fuesen publicados. Durantes sus últimos años hice lo único que me era posible hacer, seguirla acompañando, cuando ya pocas personas iban a verla. Su amistad ha sido uno de los regalos más hondos y difíciles que me ha dado la vida. Dejo aquí algunos de sus versos, que muchísimo mejor que yo pueden hablar de ella.
Beatriz Alicia García
Caracas, diciembre 2007

La noche y la luz

La Noche se va haciendo en mí
profunda
revocable como una estación
La oscura esfera de lo oscuro
ha inundado mi ámbito
y se cierra como el beso de dos cúpulas
Ya yo no sé cuál es mi fondo
Soy ahora noche entera
Conservo palabras
pero hoy
ellas no son lo suficientemente diurnas
no pueden guiarme
no son linterna
ni lamparita de media noche
Pienso en Delfos, debo recordar Delfos
cóncava
iluminada
abierta

Debo pensar en el espacio más luminoso del mundo
Delfos, lugar nocturno hecho luz
Es preciso
es preciso realizar de la noche la Luz


Abril, 1982

Roturas

He roto capítulos, noches
imágenes de un álbum viejo
Incendiaria
he acabado con frases
reflejos en un cuaderno de notas
Hay cosas por las que no hablaré más
Pero todo vuelve a surgir, punzante
entre el silencio decidido
y apela y demanda

He guardado papeles, memorias, hojas
aminoro así el dolor
y preciso sus perfiles
hundo el asalto de imágenes entre sombras
acallo.

No he despedazado la memoria de instantes de dicha
diminutos tiempos de un abismarse sobre lo sin fondo
de las cosas

no he descuartizado el abrazo
ni la rara plenitud que invade frente al mar

Debo cumplir rituales una y otra vez
debo repetirme y repetirlos
y no saberlos
pues líquidos huyen
para que fundemos siempre de nuevo
la continuidad de nosotros mismos

De la tierra

De lo profundo, de la más honda concavidad de la tierra
lo que expulsa grito y desmembramiento

Del corazón ardiente de la tierra
los fangos y el llanto
la carne y el querer
el ansia, las ansias
y el horror, y la parálisis ante el horror
la pérdida de habla y forma

Del fondo hirviente
el deseo
y el cuido en el deseo
la protección de la forma del ser
el amparo del círculo del ser
la perseverancia

De las honduras, las siempre en brasas
este corazón en quema
arriesgando origen y forma
abismándose
en lo sin fondo, sin límite

De lo bajo, fuego circular, el pensamiento
pensándose extraño al ardor
separándose
rompiendo carnes
dolido del extravío


octubre 1983


&&&&&

Pasa esta página
estas ruinas
estos dolores
Pasa este mar, la borrasca, el descalabro
Golpea el dolor con dolor, con ruina

instalada desde tu no ser
lo alto, lo elevado

&&&&

¿Dónde estoy?

En qué punto del universo

En qué centro

¿dónde gravito?

¿Soy acaso estrella?

¿Me despeño?¿Me arrojo?

¿Mis brazos sirven acaso para sostener?

¿Para el abrazo circular?

Mayo 1988

La mordida profunda

Hay una mordida profunda
incisiva
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
y soy,
y poseo y dono.
Regalo mi cuerpo mi ansia.

Hay una mordida en mí
que doblega al otro
lo arrodilla, lo inclina

por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
vértigos
precipitaciones
abismos

Me cruza una pendiente
me traza un precipicio
en el amor...
y en todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
y no me sabes.

Prevalece lo raro

A Rainer y Paula Ossott

Prevalece el misterio
que haya amor
que haya odio
que existan cuerpos

Prevalece lo raro
las relaciones
los Cantos Gregorianos
el arte, el corno francés

Prevalece el incendio de nuestras pasiones
la rara faz de uno que no se ha ido
sino que se queda
e insiste
por amor y odio

Prevalecen las extrañas miradas
y los cuerpos que no pueden tocarse
por miedo
por extrañeza
por temor.

Prevalece la distancia entre los amigos
la palabra no dicha
el gesto guardado
los silencios
en medio de la ebriedad

Prevalece que haya los otros y lo otro
la “otredad”
el más allá de mí
y el más allá de ti
la extrañeza
de lo que nunca puede alcanzarse

Prevalece este raro plenilunio

Junio, 1991



viernes, 7 de diciembre de 2007

Tenemos algo importante que no teníamos

Luego de ver la foto de Ingrid Bentancourt y escuchar la carta a su mamá creo que la palabra inhumano tomó para mí nuevos significados. Pero lastimosamente ayer también los venezolanos supimos de un nuevo atropello a los derechos humanos que no podemos olvidar: La agresión brutal e injustificada al periodista de Globovisión. Además de los insultos, el lenguaje brabucón y escatológico de nuestro actual Presidente de la República. Pero tenemos algo muy importante que no teníamos después del 2 de diciembre: la recuperación de la confianza, la esperanza de una luz al final del túnel. Pero también es necesario reflexionar. Fui miembro de mesa en las elecciones del 2 de diciembre y en mi mesa la mayoría de las personas que fueron a votar eran personas mayores de 60 años, que en realidad tenían poco que perder, pero una mayor conciencia de lo que estaba en juego. Fueron a votar muy pocos jóvenes. Creo que nuestra democracia tiene dos enemigos: el miedo y la desidia. Ambos son graves. Pero ahora, repito, tenemos algo que no teníamos: confianza. Aunque a ratos el temor siga allí, aunque se sigan violando los derechos humanos en este país y no haya ninguna institución a la cual acudir ni adentro ni afuera. Pero ningún gobierno se sostiene sólo a través de la violencia. Mas aún si cotidianamente no se están solucionando las necesidades básicas mínimas de los venezolanos. Ya no son malandros asesinados en ajuste de cuentas los muertos diarios que tenemos. Ya el parte de los muertos en este país son niños de dos, cinco, ocho años de barrios pobres. Que esas muertes pesen para siempre en la conciencia del señor presidente, de su poder moral, de su ministro del interior y justicia y de todos los que lo apoyan. Sus vulgaridades, su estímulo a la violencia, su egoísmo quedará para siempre en la historia de este país. No dejarán más nada ni a la Historia ni a los que día a día luchamos con fe por un país mejor.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Incertidumbre

En este momento de ansiedad e incertidumbre ¿qué puedo decir en este blog? Nunca me sentí tan pisando arenas movedizas. Desde hace 3 semanas no les he podido dar clases a mis alumnos de la noche en la Escuela de Comunicación Social de la UCV. Me siento en una frontera muy frágil. La lucha por no desesperar es de pronóstico reservado. Algunos hechos parecen llenarnos de esperanzas pero no me fío. No sé si fue Manuel Caballero, estoy casi segura que fue él, quien dijo que la mejor manera de que una pesadilla termine es despertar. Cuánto más debemos tener los ojos abiertos. Cuánto más nos van a fregar de manera cotidiana. Cuántas amenazas o represiones más debemos soportar. Cuántas bombas lacrimógenas. Cuántos canales más deben ser cerrados. Cuántos alimentos más deben faltar en los supermercados. Cuántos venezolanos más deben morir. Esto es desquiciante. Esto es inhumano. Yo no sé qué más debemos decir. Yo no se qué debemos hacer. Esto es una pesadilla interminable que no parece tener fin.

Ángel Hurtado. La resonancia de lo sublime


Ángel Hurtado. La resonancia de lo sublime.

El Tocuyo es, sin duda, una ciudad de prosapia colonial, que la memoria histórica y cultural ha llenado de resonancias. De El Tocuyo colonial ha llegado hasta nosotros el legado de aquellos maestros pintores de dorados retablos de tema religioso. Poco quizá, pero mucho si pensamos que aún hoy aquello que se hace más allá de los límites de nuestra ciudad capital raramente trasciende. Semanas atrás reseñaba en este blog la inauguración de una exposición en la galería Ascaso de Las Mercedes, de un pintor barquisimetano, desaparecido de manera prematura, sin que hubiésemos escuchado su nombre: Andrés Coirán. Por suerte, el maestro a quien dedicaré estas líneas, se armó de valor un día y salió de su ciudad natal, El Tocuyo, con la intención de formarse en la Escuela de Artes Plásticas aquí en Caracas, y a pesar de la miopía de una directora que le negó la beca para poder hacerlo, un asistente de aquélla logró concederle la ansiada beca. En este momento, en los espacios expositivos de la Fundación Cultural Corp Group en La Castellana, se ofrece una selección representativa de la obra pictórica del maestro Ángel Hurtado. 60 años de trayectoria titulada "La resonancia de lo sublime". No es éste por cierto un título azaroso ni de fácil vínculo con su obra. Al entrar en la sala nos recibe un colorido lienzo, en el que resaltan los colores primarios, homenaje a diversos pintores y escritores. Pero a medida que vamos recorriendo las salas, y gracias también al texto de Víctor Guédez, que encontramos también al inicio de la exposición, se va desentrañando el sentido del título, la relación de lo "sublime", no con lo etéreo o vaporoso, pero sí con lo trascendente, con la búsqueda espiritual, con el misterio del vivir más allá de lo obvio, de lo objetivamente cotidiano.
Para romper con la tradición hay que conocerla. Es por ello que los cuadros iniciales de la muestra pertenecen a la pintura figurativa, y más específicamente al paisajismo, el autorretrato, y una pequeña lámpara que resalta rembrandtiana. Son los años iniciales de formación. Ya en los cuadros de la década del cincuenta aparecen los colores primarios y el abstraccionismo, bandera del grupo Los disidentes, que como Hurtado, tuvieron su inevitable paso por París. Es en los sesenta que junto al abstraccionismo aparece una expresión más genuina, que puede vincularse con lo cósmico, son los cuadros que llamaré "siderales": pinturas de distintos tonos y colores, que van del azul cobalto, el verde y el rojo, a los tonos café y beige, sin que falte la negra y oscura infinitud. En los cuadros de este período, que podemos fechar a finales de la década de los sesenta, que esbozan la inmensidad del universo, además de puntos de luz, y por lo tanto de fuga, de sugerencia de otras dimensiones; hay también un juego de texturas que tiene algo de telúrico, el lienzo ya no es plano, como en su etapa abstraccionista, lo que prefigura su etapa más reciente, de la década del 90 hasta la actualidad: la etapa de los tepuyes. En los cuadros escogidos para esta exposición hay un vacío respecto a la década de los ochenta. En sus tepuyes, sin dejar las sugerencias trascendentes, el maestro Hurtado retorna a la pintura de paisajes, pero ya no hay mímesis, vínculos directos con lo real, como en sus cuadros iniciales. Hay una recreación del paisaje cargada de un onirismo marcadamente telúrico. Acompañan este recorrido diversos catálogos, fotos, algún afiche, y un video, en el cual puede verse al pintor, también fotógrafo y documentalista, en los espacios de su casa margariteña, en donde vive con su esposa desde que regresase a Venezuela. Recorridos como éste me reconcilian con el gentilicio. Gracias maestro.

Beatriz Alicia García
Noviembre 2007

martes, 20 de noviembre de 2007

O solitude

O! Solitude, my sweetest choice
Places devoted to the night,
Remote from tumult, and from noise,
How you my restless thoughts delight!
O Heavens! what content is mine,
To see those trees which have appear’d
From the nativity of Time,
And which hall ages have rever’d,
To look to-day as fresh and green,
As when their beauties first were seen!

Letra: Katherine Philips, poeta renacentista inglesa.
Música: Henry PurcellCanta: Alfred Déller



Oh soledad! mi dulce elección espacio consagrado a la noche, Lejos del tumulto, y del ruido, Cómo te deleitas en mi sentir anhelante Oh Cielos! lo en mi contenido, Para mirar los árboles que han resurgido Desde el nacimiento del Tiempo, Y el umbral de las edades que se ha estremecido Para mirar el día, ahora fresco y verde, Como cuando sus bellezas fueron vistas por primera vez!

(gracias a Edgar Vidaurre por hacerme llegar el poema de Katherine Philips y hacerme escuchar su versión musicalizada por Purcell)

jueves, 15 de noviembre de 2007

Agradecimientos

Agradezco todos los comentarios que han dejado en la Bitácora en los últimos días. Gracias Aramakao por tu comentario. Gracias Fedosy. No sabía cómo hacerte llegar mi modestísima nota pero ya veo que llegaste a ella. Lo cual me contenta. Belkys, gracias por ser consecuente. Mi agradecimiento también a Eleonora, que pasa por aquí aunque raramente deja comentarios.

Poema

Desde hace algunos días la zozobra y la dificultad para conectarme a internet no me han permitido actualizar la página. Aquí estoy de nuevo y con mi lado que más les gusta, la poeta. Aunque no puedo dejar de decir algo que dije en los dos últimos días a mis alumnos de los dos cursos que dicto en la UCV: NO A LA VIOLENCIA. LA VIOLENCIA NUNCA ES LA SOLUCION: LA VIOLENCIA SOLO GENERA MAS VIOLENCIA.



Beatriz Alicia


a Dora Naranjo de García, mi madre

Mi madre empieza a acompañarme.
Mi madre anciana y sigilosa
de tan bello rostro a pesar del tiempo.
Mi madre me da sombra
ante la luz quemante del mundo,
se hace tibieza en mi alma
con la piedad de sus consejos.
Mi madre sabia e intuitiva
ha empezado a acompañarme,
ahora que soy mujer con soledad
y sin habitación propia.

Mi madre se apaga con lentitud
y paciencia,
pero en mí enciende su antorcha de heredad.
Yo la escucho como desde lejos,
limando las distancias, perdonando las asperezas,
yo la acojo sentándome en su sombra,
yo la acojo para que me acompañe,
para que no se vaya tan sola,
para que yo también la acompañe
y el río de la sangre sea en lo eterno
mutua compañía,
sea en lo solo un resplandor.







(Gracias a María Auxiliadora Álvarez cuya bella imagen de la madre y el páramo solo ayudaron a despertar estas imágenes, este sentimiento)

martes, 30 de octubre de 2007

Entre narradores seductores te veas




Recientemente he leído dos buenos narradores venezolanos, y por supuesto no puedo dejar de comentarlo en este blog. A Fedosy Santaella le fue publicada recientemente una novela, Rocanegras, la cual he disfrutado de principio a fin. En ella combina el suspenso, el cuento de capa y espada, el romance, la intrahistoria. Es un texto que verdaderamente no tiene desperdicio. Además de la estructura y los temas muy bien hilvanados, presenta un lenguaje muy cuidado, que te introduce en la época en la cual transcurre la trama, la dictadura gomecista. Retoma además un personaje, el llamado conde de Rocanegras, al cual hace referencia Aquiles Nazoa en su Caracas física y espiritual, que nos vincula con aquella Caracas de antaño, la de las retretas en la plaza Bolívar, el tranvía. Aquella Caracas amable, pero en la que también ocurrían las intrigas de palacio, en las que nos introduce Santaella. Felicito a Fedosy, a quien estamos considerando leer en la cátedra de literatura venezolana de la Universidad Central.




Otro best-seller reciente que no pude vencer la tentación de adquirir y tuve que llevarme de la librería Suma de Sabana Grande fue Miedo, pudor y deleite de Federico Vegas. Esta novela de temática sentimental inicialmente me atrapó como pocas. Es de una desnudez que te sonroja. Otea el tras bastidores de la relación de pareja sin pudor alguno en una suerte de danza de los siete velos. Lo que subyace al: Y fueron muy felices para siempre... Todo eso que la cotidianidad puede ir anesteciando y transforma en algo muy poco rosa. El tema central es: ser o no ser... infiel. Pero luego, se me desinfló la novela de Vegas, debo decirlo. No mantiene el mismo ritmo hasta el fin, cuando de veras nos parece que estamos llegando al nudo, algo va a unir o desunir a esta pareja que venimos acompañando, entonces el autor nos hace un larguísimo flash back que te enfría el guarapo. Por lo menos a mí me lo enfrió. De todos modos igual me atrapó buena parte de la novela y de la trama. Vegas también esta en mi lista de narradores seductores de Caracas. En cuanto pueda voy por sus crónicas recientemente publicadas por la Bigott, las que he leído en prensa me gustaron mucho.




lunes, 22 de octubre de 2007

Poema contra Atila

Luego de unos cuantos días sin pasar por aquí, vuelvo por mis fueros con uno de mis recientes poemas, está dedicado con afecto a algunos amigos de mi generación.

a Luis Antonio Toca, a Marisela De Abreu, a Juan Carlos Ballesta, a Gezzilia Picarreta, a Nélida Pino, a José Adán Niño, a Boris Muñoz, a Manuel Llorens

No sé por qué nos gusta
la alegre irreverencia de un Haring
que prefigura muerte por Sida,
las músicas exóticas y tecnológicas,
los mundos presentidos, las vanas promesas
de la noche urbana
que acarician al pequeño dios
que vive en nuestro insomnio.
Nuestros sueños ya turbios
se desnudan sin pudor
en el cemento de cada día,
en las tragedias del televisor,
en cualquier beso que nos seduce
desde la Web World Wide,
mientras el miedo ronda
en cualquier amenaza de virus,
cualquier posible olvido de condón,
cualquier gusano desplazándose
cortesía de algún hacker adolescente
de Korea,
cualquier edulcorante que te va a envenenar,
cualquier medicamento prohibido
por la Organización Mundial de la Salud,
cualquier taxi sin frenos
que te espera en el próximo semáforo de la madrugada,
cualquier malandro que anhela
tus zapatos, tu carro o tu mente,
cualquier mal hábito placentero
que te espera como una sentencia
en tu correo electrónico.
Mientras el miedo ronda,
seguimos encabuyéndonos
por nuestros caminos verdes,
seguimos inventando nuevas formas
de hedonismo,
nuevas formas de vencer el monstruo
que nos devora,
ese Atila de tu cerebro
con sus batallones ávidos,
con su sed insaciable,
con sus autos estrellándose
a toda velocidad
contra tus sueños de ayer.
Bésalo, es virtual,
envenénalo, dale un poco
de su propia medicina.

lunes, 1 de octubre de 2007

La paradoja de Itaca o el discreto encanto de la crónica

LA PARADOJA DE ITACA O EL DISCRETO ENCANTO DE LA CRÓNICA

En realidad el encanto de la crónica ha terminado cobrando, por lo menos en Latinoamérica, un auge considerable en los últimos años. A pesar de que “oficialmente” no es un género prestigioso, tiene una tradición que se remonta a nuestros inicios republicanos. En nuestra prensa del siglo XIX la crónica de costumbres dio inicio a nuestros primeros esbozos literarios publicados. A veces se vincula esta crónica con las de la Conquista, en tanto relato que describe y ausculta una realidad. Pero la finalidad, y el tono eran distintos. En las Crónicas de la Conquista de América no había humor ni función didáctica, como si lo hubo en cierta crónica costumbrista, la de la Conquista estuvo más cerca del relato histórico y de la rendición de cuentas a la Corona. Buscaba un rédito mercantil, principalmente. Luego los historiadores transformarían las hazañas y los asombros relatados en Historia, con mayúscula, alimentando leyendas negras y doradas. Lo que une ciertamente a ambos tipos de crónica es su capacidad de fabulación, la manera en que retrataron a los lugareños, y lugareñas del continente, e hicieron de ellos personajes. Tal como a comienzos del siglo XX Teresa de la Parra, en sus Memorias de Mamá Blanca, nos caricaturizara con su inolvidable Vicente Cochocho, su tío Juancho y las niñitas de la hacienda Piedra Azul, no sin cierta dosis de humor.

Este sábado de cercano inicio de clases, desperté temprano y recordé uno de los libros adquiridos en fecha reciente que esperaba su turno para ser leído, La paradoja de Ítaca del escritor venezolano Gustavo Valle, subtitulado “De ciudades y de viajes”. Lo compré porque no hace mucho leí unos versos del autor que me gustaron mucho, unos versos sobre la ciudad, lo urbano. Y porque la crónica, en definitiva ha venido ejerciendo hacia mí en los últimos años un seductor encanto. Todo empezó desempolvando las Crónicas ginecológicas de Elisa Lerner, luego leí otras crónicas de la autora, luego tropecé en una feria del libro con unas crónicas de Mary Ferrero, luego desempolvé unas crónicas de Sergio Dahbar, que edité para Alfadil a comienzos de los 90’s, cuando trabajé como encargada de Producción y medios de esa editorial. Luego me topé con las ediciones de la editorial Debate y compré unas crónicas de Martí, prologadas por Susana Rotker. Para no hacer más largo el cuento, las crónicas me han seguido persiguiendo. He disfrutado enormemente las de Gustavo Valle, La paradoja de Ítaca editadas en la colección Cada día un libro del Ministerio de la Cultura en Caracas. No conozco a Valle, a pesar de que somos egresados de la misma universidad, y de la misma carrera. Pero sus crónicas tienen en definitiva esa sinceridad, esa alma, que tanto disfruto de las crónicas, cuando son buenos crónicas. Sus crónicas sobre Caracas no tienen desperdicio, ni las otras crónicas que he podido leer en este rapto mañanero sabatino. Tienen esa suerte de desolación poética del escritor urbano, esa dosis de escepticismo, de vocación escapista. Va de un continente a otro, de los rincones más inhóspitos de Madrid, al paisaje invernal de las afueras de París y luego cruza el océano para hablarnos de Washington, o de un museo dedicado a Edgar Allan Poe. Dejaré aquí un fragmento de de sus crónicas de Caracas, que probablemente leeré a mis alumnos de la Universidad Central cuando hablemos del modo en que algunos escritores se han aproximado a nuestra ciudad contemporánea:

“Caracas es una ficción. Me reencuentro con ella después de varios años y veo que no ha cambiado (¿o sí?), sigue siendo el mismo espacio de lo imprevisible y lo impostergable. Desde que la conozco no ha dejado de travestirse una y otra vez, siempre sumida en una obstinada carrera hacia la metamorfosis y el cambalache. Por eso está idéntica, igualita. Fiel así (sic) misma, no hay nada que la aparte de su fantasía ultramoderna donde todo corre (y se atasca) a la velocidad de los carros (…)”.
(“Un bolero llamado Caracas”)

“Pero nuestra realidad no es dura sino blanda: carece de contornos y no está sujeta a norma alguna. Nuestra vocación de inexactitud nos hace valorar todas las aproximaciones y cultivamos el humor y el amor (y todas las ciencias inexactas) más que ninguna otra disciplina. Nuestro presente es una amalgama de oráculos y especulaciones, de tanteos y simulacros. Los venezolanos solemos pensar que todo se arreglará en el futuro. Tenemos fe en ese futuro pues somos un pueblo esperanzado. Es decir, somos irremediablemente cursis y mogijatos y ensayamos un optimismo a prueba de bombas que atenta contra toda lucidez. Preferimos las promesas a las acciones, pues las primeras son vagas y las otras categóricas. Adoramos esa vaguedad porque somos seductores, o nos creemos seductores –y en ninguna parte del mundo existen seductores pesimistas.”
(“Lo cursi y lo porno”)

Coda: Intenté ilustrar nuestro sentimentalismo a través de una imagen del cierre de RCTV, y después de dos intentos fallidos no lo intentaré nuevamente, pero dejo constancia para mis posibles lectores que en este blog se montan no las imágenes que se quieren sino las que se pueden.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Caracas amor y muerte

a Belkys Arredondo

A pleno sol
la ciudad quema
en la piel
se abre a mis pies
-amante inhóspita-
su boca de humo
me besa
su llaga
me besa
flor de sangre y cemento caliente
en la memoria
de la crónica roja
sus brazos me acogen
en el miedo punzante
de la multitud ansiosa
su vocación de sobrevivencia
me conmueve
hasta lo hondo
Te quiero, le digo
a pesar de todo
como acariciando su lomo
-su verde montaña, su exiguo
pulmón-
sus monumentos en ruinas
sus viejas melodías

Caracas, septiembre 2007

viernes, 14 de septiembre de 2007

ciudad, poesía, cine y reflexión


Entre el martes 11 de septiembre y ayer 13 en la sede de Econoinvest, en el este de Caracas, la cátedra de Imágenes urbanas coordinada por Tulio Hernández desde 1993, con el apoyo de la Fundación para la Cultura Urbana, organizó tres coloquios en los cuales se reflexionó sobre el rol de los escritores y artistas en el entramado de la ciudad. En estos coloquios converguieron tres modos de ver la ciudad: como espacio físico, como espacio relacional y como espacio vinculado con lo imaginal. Rafael Castillo Zapata reflexionó el 11 sobre el rol de los poetas en la configuración del espacio simbólico e imaginal de la ciudad, tomando como punto de partida algunos textos de José Lezama Lima y otros miembros del grupo Orígenes. El 12 el arquitecto y docente Guillermo Barrios nos ofreció un banquete de imágenes tomadas de películas venezolanas a lo largo del siglo XX, desde la Caracas del tranvía y los coches hasta la Caracas de "Pandemonium" de Chalbaud. En la última sesión Tulio Hernández nos habló de Macondo y su historia a lo largo de Cien años de soledad, y así también los tres ponentes ofrecieron una estimulante reflexión sobre Caracas y su abismal proceso de deterioro, algunas de las razone sposibles de ese deterioro y conversamos sobre el problemas de la construcción de ciudadanía entre nosotros. Iniciativas como éstas son hoy realmente necesarias. El proceso radical de transformaciones que hemos vivido en los últimos 20 ó 25 años pide sin duda sentarnos a reflexionar y entender que el ejercicio de la ciudadanía es un rol que debemos asumir si queremos otra ciudad, si queremos otro país, que no se encuentre secuestrado tras alcabalas, alambres de púas, muros electrificados. La ciudad la construyen sus habitantes. Tenemos la ciudad que hemos construido.

Caracas, viernes 14 de septiembre de 2007

lunes, 10 de septiembre de 2007

Lorca




Pocos poetas de la lengua española me han embelezado como Federico García Lorca (1898-1936). Hoy me desperté murmurando sus poemas, que aquí dejó a los posibles lectores de mi blog, con el pesar siempre de una vida truncada por la infatuidad del poder a comienzos de la Guerra Civil española del siglo XX. Nos quedan sus versos y el inmenso silencio de los que pudo haber escrito.


ROMANCE DE LA PENA NEGRA

Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas,
—Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
—Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
—Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
—No me recuerdes el mar,
que la pena negra brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
—¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
—¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas al suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache carne y ropa.
¡Ay, mis camisas de hilo!
¡Ay, mis muslos de amapola!
—Soledad, lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.
&

Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!

(de Romancero gitano, 1924-1927)

PRECIOSA Y EL AIRE

Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene
por un anfibio sendero
de cristales y laureles.
El silencio sin estrellas,
huyendo del sonsonete,
cae donde el mar bate y canta
su noche llena de peces.
En los picos de la sierra
los carabineros duermen
guardando las blancas torres
donde vienen los ingleses.
Y los gitanos del agua
levantan por distraerse
glorietas de caracolas
y ramas de pino verde.
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento que nunca duerme.
San Cristobalón desnudo,
lleno de lenguas celestes,
mira a la niña tocando
una dulce gaita ausente.
—Niña, deja que levante
tu vestido para verte.
Abre en mis dedos antiguos
la rosa azul de tu vientre.

&

Preciosa tira el pandero
y corre sin detenerse.
El viento-hombrón la persigue
con una espada caliente.

Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen.
Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.

¡Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
¡Preciosa, corre, Preciosa!
¡Míralo por donde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes.

&

Preciosa, llena de miedo,
entra en la casa que tiene,
más arriba de los pinos,
el cónsul de los ingleses.

Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceñidas
y los gorros en las sienes.

El inglés da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.

Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.

(De Romancero gitano)

POEMA DOBLE DEL LAGO EDEN

nuestro ganado pace, el viento espira.
Garcilaso

Era mi voz antigua
ignorante de los densos jugos amargos.
La adivino lamiendo mis pies
bajo los frágiles helechos mojados.

¡Ay voz antigua de mi amor,
ay voz de mi verdad,
ay voz de mi abierto costado,
cuando todas las rosas manaban de mi lengua
y el césped no conocía la impasible dentadura del caballo!

Estás aquí bebiendo mi sangre,
bebiendo mi humor de niño pesado,
mientras mis ojos se quiebran en el viento
con el aluminio y las voces de los borrachos.

Déjame pasar la puerta
donde Eva come hormigas
y Adán fecunda peces deslumbrados.
Déjame pasar, hombrecillo de los cuernos,
al bosque de los desperezos
y los alegrísimos saltos.

Yo sé el uso más secreto
que tiene un viejo alfiler oxidado
y sé del horror de unos ojos despiertos
sobre la superficie concreta del plato.

Pero no quiero mundo ni sueño, voz divina,
quiero mi libertad, mi amor humano
en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera.
¡Mi amor humano!

Esos perros marinos se persiguen
y el viento acecha troncos descuidados.
¡Oh voz antigua, quema con tu lengua
esta voz de hojalata y talco!

Quiero llorar porque me da la gana
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que sonda las cosas del otro lado.

Quiero llorar diciendo mi nombre,
rosa, niño y abeto a la orilla de este lago,
para decir mi verdad de hombre de sangre
matando en mí la burla y la sugestión del vocablo.

No, no, yo no pregunto, yo deseo,
voz mía libertada que lames las manos.
En el laberinto de biombos es mi desnudo el que recibe
la luna de castigo y el reloj encenizado.

Así hablaba yo.
Así hablaba yo cuando Saturno detuvo los trenes
y la bruma y el Sueño y la Muerte me estaban buscando.
Me estaban buscando
allí donde mugen las vacas que tiene patitas de paje
y allí donde flota mi cuerpo entre los equilibrios contrarios.

(De Poeta en Nueva York, 1929-1930)

Zbignew Karkowski en el Centro Cultural Consolidado



El miércoles 5 de septiembre se llevó a cabo en el Centro Cultural Chacao una performance sonora del artista polaco residenciado en Japón Zbigniew Karkowski. Esta experiencia se ofreció como una charla-concierto con el músico electrónico y compositor sueco (sic) en el programa mensual de la fundación y se tituló “Componiendo en el caos”. La experiencia se inició con una puntualidad suiza, inusual entre nosotros. Las personas inquietas de esta ciudad tenemos más de una década asistiendo a diversas experiencias musicales y sonoras pero aún estamos abiertos a dejarnos sorprender. El señor Karkowski nos sorprendió. Para mí particularmente de forma negativa. La charla se limitó a dos minutos en los cuales dijo que era polaco, tenía 30 años viviendo en Japón, que nunca utilizaba pistas previas y que en su trabajo había mucho de improvisación pero que era una improvisación que no era aleatoria. Algo así fue lo que yo entendí por lo menos, porque habló en inglés y el muchacho que hizo la traducción no fue muy eficiente. Luego Karkowski dijo “¿Hay alguna pregunta?”. Nadie hizo preguntas y el dijo entonces: “Si no hay preguntas empezaré de inmediato”. No teníamos idea de qué iba la cosa, qué podíamos preguntar. Yo hubiese agradecido que me contara un poco de qué iba su propuesta. Porque a lo mejor me retiré a los 15 minutos aproximadamente porque no entendí de qué iba la cosa. Casi nunca hago eso, muy pocas veces en mi vida lo he hecho. Trataré de describir lo que ocurrió: Empezó a escucharse un ruido muy desagradable como cuando hay problemas de sonido en un concierto, el ruido se acrecentó, se apagaron las luces y empezaron a prenderse y apagarse de manera intermitente los focos del techo del escenario, acompañando al chirrido del compositor. El ruido parecía menguar y el movimiento de las luces, pero luego volvía a acrecentarse. Traté de relajarme y disfrutar la experiencia, pero al rato me paré y me fui. Era algo realmente desagradable. No sé si el displicente compositor habrá accedido a responder preguntas al terminar su performance, tal vez fue así. Pero yo me quedo con nuestro maravilloso Miguel Ángel Noya o algunos de esos excelentes conciertos de música electrónica que organizó Félix Allueva en la Casa Rómulo Gallegos hace una década o poco más, o con alguna rumba trans de Johnny Ferreira a la que asistí en Las Mercedes por la misma época. Los chirridos de Karkowski se los ofrendo con mucho gusto a los masoquistas que se quedaron hasta el final. ¡Santos polacos niponizados, batman!

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Doctorado Honoris Causa a Eugenio Montejo







En los próximos días se le concederá en la ciudad de Mérida el doctorado Honoris Causa al poeta Eugenio Montejo, según lo informaba ayer en su programa de radio Edmundo Bracho. Como un modesto homenaje a Eugenio copio aquí una brevísima selección de sus poemas:

SETIEMBRE

a Alejandro Oliveros

Mira setiembre: nada se ha perdido
con fiarnos de las hojas.
La juventud vino y se fue, los árboles no se movieron.
El hermano al morir te quemó en llanto
pero el sol continúa.
La casa fue derrumbada, no su recuerdo.
Mira setiembre con su pala al hombro
cómo arrastra hojas secas.

La vida vale más que la vida, sólo eso cuenta.
Nadie nos preguntó para nacer,
¿qué sabían nuestros padres?¿los suyos que supieron?
Ningún dolor les ahorró sombra y sin embargo
se mezclaron al tiempo terrestre.
Los árboles saben menos que nosotros
y aún no se vuelven.
La tierra va más sola ahora sin dioses
pero nunca blasfema.
Mira setiembre cómo te abre el bosque
y sobrepasa tu deseo.
Abre tus manos, llénalas con estas lentas hojas,
no dejes que una sola se te pierda.

LA CASA

En la mujer, en lo profundo de su cuerpo
se construye la casa,
entre murmullos y silencios.
Hay que acarrear sombras de piedras,
leves andamios,
imitar a las aves.

Especialmente cuando duerme
y en el sueño sonríe
-nivelar hacia el fondo,
no despertarla;
seguir el declive de sus formas,
los movimientos de sus manos.

Sobre las dunas que cubren su sueño
en convulso paisaje,
hay que elevar altas paredes,
fundar contra la lluvia, contra el viento,
años y años.

Un ademán a veces fija un muro,
de algún susurro nace una ventana,
desmontamos errantes a la puerta
y atamos el caballo.

Al fondo de su cuerpo la casa nos espera
y la mesa servida con las palabras limpias
para vivir, tal vez para morir,
ya no sabemos,
porque al entrar nunca se sale.

martes, 28 de agosto de 2007

Andrés Coirán: un hombre, un artista, un destino

La obra del joven artista barquisimetano, prematuramente desaparecido, Andrés Coirán (1970-2003) se expone actualmente en la galería Ascaso, y estará allí hasta el mes de septiembre, acompañando a la retrospectiva de Francisco Hung. La obra de Coirán hasta ahora es poco conocida más allá de su región, por lo que la invitación de Josefina Núñez a la inauguración de esta exposición es una suerte de privilegio que le agradezco. Según relató la curadora de la muestra, Bélgica Rodríguez, llegó a la obra de este artista a través de Mauricio Vilas, quien también ha estado vinculado al ámbito museístico de Caracas. Si algo puede definir los cuadros que se encuentran expuestos es la palabra “inquietante”. Algunos de ellos parecen nutrirse del arte popular, de lo que se ha llamado también arte ingenuo o naif. Si bien tienen en común con ese tipo de expresión el tema religioso, o el trazo sin perspectiva, hay en los cuadros de Coirán un manejo distinto del color. Este se difumina, creando una atmósfera onírica, nocturna. La inquietud social del artista se expresa en lienzos que representan a niños de la calle, rostros hambrientos o angustiados. Pero los cuadros que atrapan con mayor vehemencia al espectador son los retratos de trazo expresionista colocados en el área central de la sala. Estos rostros angustiados parecen ahogar un grito, expresar alguna angustia o desesperanza. La noche parece haberse apoderado de ellos. Cuando digo la noche quiero referirme a ese espacio de nuestra psique que no es consciente, ese desván donde se aposentan nuestros más hondos temores, nuestros más ocultos deseos, nuestras más profundas heridas. Dos referentes del arte universal se me emparentan con lo observado: El grito de Munch y los demonios y disparates de Goya. Los gruesos trazos de Coirán parecen exorcizar sus diversas inquietudes, les dan forma, pero también podríamos decir que expresan una forma de fe. No es casual, supongo, que varios de sus cuadros los haya titulado “Pueblo cristiano”… No es quizá un artista con cuya obra se dialogue fácilmente, pero es una de las más hondas, de las que más me han tocado en mucho tiempo. Y la recomiendo ampliamente a los posibles visitantes de esta página que estén o vayan a estar en Caracas.

web site de la Galería Ascaso: www.ascasogallery.com


Caracas, 28 de agosto de 2007

Selección de "Postales sin destino"

Aquí dejo una Selección de textos inéditos de mi autoría que pertenecen a “Postales sin destino”.

Saber que uno no escribe para el otro, saber que esas cosas que voy a escribir jamás me convertirán en amado de quien amo, saber que la escritura no compensa nada, no sublima nada, que ella está precisamente allí donde tu no estás –es el comienzo de la escritura.
Roland Barthes


Tranquilo es el reflejo
de esas formas embelesadas
espejeando en el atardecer.

En estos sonidos de jazz
la memoria
de aquella esquina.

Un poco de voluptuosidad
tapándose la cara
entre risas y despedidas.

&&&

Tiemblo
ante la distancia
que nos separa,
me voy hundiendo
en tu silencio.
Permaneces
inalterable.

&&&

Usted dice amor
y la sola palabra
se retuerce,
luchando en el paladar,
saboreando la incertidumbre.

Toda moneda posee dos lados,
aún las falsas, aún aquellas
fuera de circulación.

Usted se arriesga,
puede resultarle el negocio,
puede ser estafado,
puede aprender de las pequeñas ganancias,
las grandes pérdidas.

Si usted se arriesga…



PERSISTENCIA

No veo por qué
habría de creer
en algo.

Soy terca es todo.

Disfruto este vértigo,
el salto
de sobrevivir a diario.

POLAROID DEL DESEO II

Me postro
ante el dios
de este instante,
lúbrico,
irrepetible,
que se autodestruirá
en cuestión de minutos,
de horas, a más tardar,
(eso es seguro).
Pero en este momento
me parece mitológico,
eterno, en su deseo,
en su desnudez.


Presentación de Lugares olvidados en la Galería de Arte Nacional






















lunes, 27 de agosto de 2007

De nuevo por aquí

Después de tres semanas sin computadora y una semana algo agitada, que empezó en Suka Bar y terminó en el Museo del Teclado oyendo al Trabuco Contrapunto, heme aquí de vuelta, esperando que los amigos que eventualmente visitan mi página no me hayan abandonado. Les recomiendo dos excelentes exposiciones que actualmente se exhiben en la galería Ascaso, situada en la calle Orinoco de Las Mercedes, frente a Rescarven. No tienen desperdicio. Una es una suerte de retrospectiva de Francisco Hung, la cual une el minimalismo asiático con el color y la emoción tropical. El chino Hung, hijo de venezolana y chino, llegó a Venezuela pequeño, y aquí se formó, pero sin dejar a un lado la genética paterna y sus primeras vivencias en China. La otra exposición, de la cual hablaré en una próxima nota, es de un artista barquisimetano poco conocido, cuya obra es realmente interesante. Prometo también postear alguno de mis textos poéticos para una próxima oportunidad. Estoy volviendo a escribir poemas. Después de un buen tiempo sin escribir poesía. El guayabo es lo más inspirador que hay. Definitivamente. No diré el santo, pero le agradezco el milagro. A fin de cuentas quedan gratos recuerdos. Si a esta página le queda algún gentil lector o lectora le agradezco mucha la paciencia, mi última actualización es de hace unos 20 días.
Aquí dejo un link de un artículo de Enrique Hernández D'Jesús sobre Hung.

http://www.kalathos.com/jul2001/itinerario/hung.htm
lunes, 27 de agosto de 2007

lunes, 6 de agosto de 2007

Poemas de Brian Patten

POEMA ESCRITO EN LA CALLE EN UNA NOCHE LLUVIOSA

Todo lo que perdí lo he encontrado de nuevo.

Probé el vino en mi boca.

Mi corazón era como una mariposa; se movía

sonriente a través de los objetos más oscuros.


Había suficientes razones para que esto sucediera

Pero nunca me detuve a pensar en ellas.

Pude haber dicho que fue tu cara

Pude haber dicho que había bebido algo muy fuerte,


Pero ninguna razón era suficiente

Ninguna razón venía al caso

Me tragué mi alegría por los alrededores nebulosos

Y con eso bastaba.


Una fiesta se abría; un mundo

Se hacía repentinamente delicioso,

Y fue siempre para saborearlo.

(The Irrelevant Song)


LA CONFESIÓN DEL PEQUEÑO JOHNNY

Esta mañana

siendo más bien joven y tonto

tomé prestada a mi padre una ametralladora

que había dejado escondida desde la guerra, fui afuera

y eliminé un buen número de pequeños enemigos.

Desde entonces no he regresado a casa.

Esta mañana

multitudes de policías con sabuesos

merodeaban alrededor de la ciudad

con mi descripción impresa

en sus mentes, preguntando:

"¿Lo han visto?

Tiene siete años,

Como Pluto, el Super Ratón

y Biffo el Oso,

¿lo han visto por alguna parte?"

Esta mañana

sentado solo en un extraño campo de juego

murmurando Te has equivocado Te has equivocado

Una y otra vez a mí mismo

Resuelvo mi próximo movimiento

pero no puedo moverme;

los perros sabuesos me olfatearán

ellos tienen mis caramelos.

(Llttle Johnny's Confesion)

VIAJANDO ENTRE LUGARES

Sin dejar nada y sin nada por delante;

cuando te detengas por la tarde

el cielo estará en ruinas,

cuando oigas los pájaros tardíos

cantar sus cansadas gargantas,

piensa cuán bueno es que ellos,

sabiendo que tu vienes,

te esperen a saludarte

a ti que viajas entre lugares

cuando al final de la tarde

pían entre los árboles, cuando

nada en particular importa.

(The Mersey Sound)

Brian Patten. (Liverpool, 1946). Integra junto a Adrian Henry y Roger McGough el grupo The Mersey Sound , surgido en Liverpool a mediados de los años sesenta.

Nota: La traducción de los textos es de Gabriel Jiménez Emán.

lunes, 30 de julio de 2007

Un homenaje levemente tardío a Caracas por su aniversario de fundación:




El día de Caracas

Sentado como un tonto en El Calvario
-refugio de poetas y de flojos-,
mi corazón recoge tus despojos
en un sentimental itinerario.

Tu antigua sencillez de campanario
flota en el aire aún, pero los ojos
ya nunca más verán los techos rojos
que te dieron prestigio literario.

Pues enferma de snob cosmopolita,
te dio por transformarte -¡pobrecita!-
en una Nueva York de a cuatro reales.

Y así llegar lograste a lo que hoy eres:
una Babel de radios y choferes,
¡y ese montón de Casas Regionales!


Aquiles Nazoa

jueves, 26 de julio de 2007

Gracias

Ayer noche se presentó en los espacios abiertos de la Galería de Arte Nacional de Caracas una selección de mis textos poéticos "Lugares olvidados", editado por Monte Ávila Editores. Igualmente se presentó una antología poética de Edda Armas y otra de Ana María Oviedo. Fue realmente un rato cordial, hondo y verdaderamente inolvidable. Mis textos fueron presentados por Belkys Arredondo, quien los enmarcó dentro del panorama de la poesía actual del mundo. Nadie con más propiedad que ella, voraz, acusiosa y exigente lectora de poesía, para hablarnos de las tendencias de la poesía actual y situarme allí. También se refirió Belkys a la dificultad para publicar que hemos tenido algunos poetas. A lo que habría que agregar, la dificultad de ser leído ya publicado tu libro. Conozco poetas y acusiosos lectores como Miguel Marcotrigiano, que aún habiendo publicado varios libros, no existe para la oficialidad cultural pública y privada de Venezuela, y sin embargo está en más de una antología extranjera. Lo cual no deja de ser un tanto injuisto y triste. De todos modos quiero decir que si bien he sido casi inédita e invisible durante más de una década también es cierto que mis poemas han sido leídos públicamente desde 1983 y aparecieron también en el Papel Literario de El Nacional en dos oportunidades y en la Revista Nacional de Cultura. Previamente he publicado la plaquette "Matarilerilerón" (El Pez Soluble, 1999) y "Acto de fe" (La liebre libre, 2001), libro de tema medieval que fue escenificado en el museo Sacro en 1997 por la actriz Juliana Cuervos. Mi amigo el novelista Carlos Noguera fue quien publicó mis poemas en la Revista Nacional de Cultura y ha sido bajo su sugerencia que realicé la selección que Monte Ávila presentó anoche. Yo honestamente me había resignado a ser inédita, pero bajo su estímulo he llegado finalmente a ver el grueso de mis libros inéditos publicados. No puede menos que agradecérselo públicamente, como lo hice anoche, y lo hago ahora en este espacio. Los poetas somos seres solitarios y complicados, por lo general. Encontrar amigos que nos apoyen y estimulen como Belkys o Carlos es una rara suerte. Yo he tenido la suerte infinita de haber tenido la cercanía de diversos escritores y escritoras extraordinarios: Hanni Ossott, Alfredo Armas Alfonzo, Elena Vera, Adriano González León, Alejandro Oliveros, entre los que vienen a mi memoria. Infinitas gracias.

Caracas, 26 de julio de 2007

Un banquete visual

Hay diversos creadores del mundo que han hecho de Venezuela su hogar y han formado generaciones de artistas venezolanos. Entre ellos pueden mencionarse: el encantador y excelente músico de origen austríaco Gerry Weil, el gentleman y escultor Cornelius Zitman, Luisa Richter, Gego, Gerd Leufert, el ya desaparecido coreógrafo Griska Holgin, entre otros. A esta lista de creadores pertenece el creativo a quien deseo referirme: John Lange. Hasta el domingo pasado se exhibió en la sala de exposición del Centro Cultural Trasnocho una exposición homenaje retrospectiva del trabajo de diseño que ha llevado a cabo en Venezuela Lange durante alrededor de cuatro décadas, en las cuales ha formado a jóvenes creativos venezolanos. Un verdadero banquete visual, que incluye diseño de libros, escenografía para artes escénicas. Creo que los venezolanos hemos sido afortunados de la llegada a nuestras playas de tan talentosos creadores que además han sido o son personas de una gran calidad humana.

martes, 17 de julio de 2007

Poemas de Alejandra Pizarnik



Salvación

Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidas en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía

(De La última inocencia, 1956)

Ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe

(De Árbol de diana, 1962)

explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

(De Árbol de diana, 1962)

Poema

Tu eliges el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida
esta ceremonia demasiado pura.

(De Los trabajos y las noches, 1965)

Quien alumbra

Cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.

(De Los trabajos y las noches, 1965)

Fiesta

He desplegado mi orfandad
sobre la mesa, como un mapa.
Dibujé el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los que espero no existen.

Y he bebido licores furiosos
para trasmutar los rostros
en un ángel, en vasos vacíos.

(De Los trabajos y las noches (Parte II), 1965)

Mendiga voz

Y aún me atrevo a amar
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.

En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.

(De Los trabajos y las noches (Parte II), 1965)

Se prohibe mirar el cesped

Maniquí desnudo entre escombros. Incendiaron la vidriera, te abandonaron en posición de ángel petrificado. No invento: eso que digo es una imitación de la naturaleza, una naturaleza muerta. Hablo de mí, naturalmente.

(De Textos de sombra y últimos poemas, 1985) libro póstumo, recopilado por Olga Orozco y Ana Becciú

lunes, 9 de julio de 2007

Poemas huérfanos

Esta mañana de lluvia me ha dado por revisar mis carpetas con versos, y encontré algunos viejos, y no tan viejos poemas que me gustan. (Domingo, 8 de julio de 2007) Aquí van algunos para los amigos bloggeros que pasen por aquí:

Todos somos triunfadores

a Gloria Ruiz, in memoriam

Un feliz compañero
la misma mesa en la heladería
Sandro
dice
que todos somos triunfadores
habla de un triunfo de espermatozoides
y de Silo.
“-Uno entre millones”, dice.

Freud seguramente
no habría dejado de sonreirse.

(Entre psicólogos me encuentro
después de todo).

“-Sí todos somos triunfadores”, digo,
y a falta de madera tocó fórmica,
por si acaso.

(S/f, escrito a finales de la década del 80)

&&&

La muerte
hace el amor
con mis sueños caducos.

Le di permiso.

Le serví un whisky
y le dije:
-Juega.

marzo 1999

&&&

Soy la gran solitaria,
la mujer de los versos
bajo la manga,
la habitué de parques
al amanecer.

Soy la mujer de las grietas espléndidas,
la defensora de la paz, la libertad
y el libre albedrío;
la irreverente de sonrisa tonta
que acostumbra estrellarse contra
la (cruel) realidad,
la ávida de cariño con su gran colección
de abrazos y besos virtuales. Qué placer.

Soy la gran solitaria,
la mujer con que soñarás esta noche
y olvidarás al despertarte.

agosto 2002

La vida te da sorpresas

A veces
es fantástica la mentira
pero a veces
es más fantástica
la verdad

s/f

Song by e-mail to Long Beach

Jazz me
O jazz me baby
by e-mail
by mistake
but jazz me

Close your eyes
and you’ll see me
dance
this sweet rhythm
for you

I’m jazzing you with a saxo
I’m following you
I’m with you darling
I’m in your dreams
(Please, don’t wake up)
just
jazz me
o jazz me baby

(enviado por e-mail a un amigo en agosto de 1998)

&&&

Quién va a creer
en la poesía.
Mi amor, di por ejemplo:

Oh ¡Reebock!¡Adidas!
¡Calvin Klein!
¡Oh Versage sagrado!
¡Vogue! y ¡Master Card!

Líbrenme de toda depresión
y mala vibra
Amén

&&&

No me gusta este teatro

No me gusta este teatro.

Yo dejé la actuación
hace ya muchos años.

No vine aquí
para hacer daño a nadie,
para dar de comer cenizas.

La vida es sagrada.

Por eso no la doy
ni la quito.

Pero juro que no me gusta
este teatro
infame
que me rodea.

1998


Beatriz Alicia García

X Salón Cantv con Fia

Si bien la Feria Iberoamericana del Arte clausuró el 2 de julio continuarán en exhibición dos exposiciones paralelas oficiales y dos más que se plantean como una opción alternativa. Ya comenté “El genio del lugar”, que continuará hasta el 29 de julio en la sede de la Fundación Provincial. Comentaré en estas líneas el X Salón Cantv Jóvenes con Fia que se exhibirá hasta el 29 de julio en las salas de exposición del Centro Cultural Corp Group. Las opciones alternativas, que también parecen interesantes, aún no he podido visitarlas. Ellas son: “Sin FIAnza visiones fuera y dentro de los límites”, la cual se exhibe en la sede de la ONG de Nelson Garrido, Av. María Teresa del Toro en Las Acacias, “En esta exposición no hay límite de edad, ni de formato, ni de temas. La única condición es que cada fotógrafo haya desarrollado un trabajo de calidad. Eso es lo que se ha propuesto Liliana Martínez, coordinadora de la muestra”. Así reza un reportaje aparecido en El Universal el viernes 29 de junio. La otra exposición alternativa, que cuestiona las exposiciones oficiales y presenta algunos invitados internacionales se titula “DesconFIA 2007”, y está organizada por la gente de Oficina Nº 1 (Luis Romero and Co.) y puede visitarse en el galpón 6A Periférico Caracas, Av. Ávila con 8va. transversal. Los Chorros-Los Dos Caminos. Viernes 2 a 7 pm y los sábados y domingos de 11 a 2 pm.

Junto con el Salón Pirelli, el Salón Jóvenes con Fia, es quizá uno de los espacios que han tenido las nuevas generaciones artísticas del país para expresarse. Ambos salones nos han ofrecido un panorama de las nuevas tendencias de las Artes Plásticas en la última década. En esta X edición la curaduría es de Federica Palomero. Observé en esta muestra una cierta variedad y eclecticismo que van desde la instalación imaginativa y llena de color “Yukkita en wonderland” de Raymond Romero, la cual ganó esta edición del Salón, hasta una obra de evidente contenido social, “La planta” de Keyser Siso que obtuvo mención, en cuyos paneles de madera se representa, de forma minimal, la muy real situación de las cárceles venezolanas. Hay un total contraste entre una y otra obra galardonada por el jurado. Hago notar, para tomarle el pulso a una visión de contexto, que el formato audiovisual, (el video-arte, la video-escultura) parece venir perdiendo terreno en los últimos tiempos, y esto se corrobora en este Salón en particular, mientras que la instalación parece ganar un número mayor de adeptos. Observé dos o tres propuestas de video-arte y ninguna de ellas me pareció particularmente novedosa o interesante. Mi generación (la de los nacidos en los 60’s) y la inmediatamente anterior (Nan González, Pedro Terán, Nela Ochoa, entre otros) fue mucho más amiga del formato audiovisual. En su momento, más de una década atrás, se hicieron algunas propuestas muy reflexivas y bellas como las Alejandra Meijer-Werner, que lamentablemente murió cuando tanto podía darnos aún. En las obras presentadas en el X Salón Jóvenes con Fía pude observar pinturas, fotografías, instalaciones con materiales diversos, pero en líneas generales no hubo mayores sorpresas, nada que no se haya visto en museos o galerías en los últimos tiempos. La deslumbrante “Yukkita i wonderland” es, sin duda, lo más llamativo de la muestra (y lo de deslumbrante es literal). Junto a las obras de los jóvenes participantes se encuentran en el Salón obras de cuatro artistas venezolanos de trayectoria. Ellos son: Margot Römer, Pedro Terán, Víctor Hugo Irazábal y Carlos Zerpa. De estas obras disfruté particularmente la instalación de Terán “Aire margariteño”, sutil y evocadora.

lunes, 2 de julio de 2007

Algunos poemas de la "Summa de Magroll El Gaviero


Este es un récipe especialmente posteado para navegantes de la web que pasen por aquí, Álvaro Mutis ya lleva muchos años en las lides de la navegación:

“Las Batallas”

El nombre de los navíos, la humedad de las minas, el viento de los páramos, la sequedad de la madera, la sombra gris en la piedra de afilar, la tortura de los insectos aprisionados en los vagones por reparar, el hastío de las horas anteriores al mediodía cuando aún no se sabe qué sabor intenso prepara la tarde, en fin, todas las materias que lo llevaron a olvidar a los hombres, a desconfiar de las bestias y a entregarse por entero a mujeres de ademanes amorosos y piernas de anamita; todos estos elementos lo vencieron definitivamente, lo sepultaron en la gruesa marea de poderes ajenos a su estirpe maravillosa y enérgica.

“Los trabajos perdidos”

Por un oscuro túnel en donde se mezclan ciudades, olores, tapetes, iras y ríos, crece la planta del poema. Una seca y amarilla hoja prensada en las páginas de un libro olvidado, es el vano fruto que se ofrece.

La poesía substituye,
La palabra substituye,
El hombre substituye,
los vientos y las aguas substituyen…
la derrota se repite a través de los tiempos
¡ay, sin remedio!

Si matar los leones y alimentar las cebras, perseguir a los indios y acariciar mujeres en mugrientos solares, olvidar las comidas y dormir sobre las piedras… es la poesía, entonces ya está hecho el milagro y sobran las palabras.
…Pero si acaso el poema viene de otras regiones, si su música predica la evidencia de futuras miserias, entonces los dioses hacen el poema. No hay hombres para esta faena.
Cruzar el desierto cantando, con la arena triturada en los dientes y las uñas con sangre de monarcas, es el destino de los mejores, de los puros en el sueño y la vigilia.
Los días partidos por el pálido cuchillo de las horas, los días delgados como el manantial que brota de las minas, los días del poema… Cuánta vana y frágil materia preparan para las noches que cobija una lluvia insistente sobre el zinc de los trópicos. Hierbas del dolor.
Todo aquí muere lentamente, evidentemente, sin vergüenza: hasta los rieles del tren se entregan al óxido y marcan la tierra con infinita ira paralela y dorada.
La gracia de una danza que rigen escondidos instrumentos. La voz perdida en las pisadas, las pisadas perdidas en el polvo, el polvo perdido en la vasta noche de cálidas extensiones… o solamente la gracia de la fresca madrugada que todo lo olvida. El puente del alba con sus dientes y sombras de agria leche.
Poesía: moneda inútil que paga pecados ajenos con falsas intenciones de dar a los hombres la esperanza. Comercio milenario de los prostíbulos.
Esperar el tiempo del poema es matar el deseo, aniquilar las ansias, entregarse a la estéril angustia… y, además, las palabras nos cubren de tal modo que no podemos ver lo mejor de la batalla cuando la bandera florece en los sangrientos muñones del príncipe. ¡Eternizad ese instante!
El metal blando y certero que equilibra los pechos de incógnitas mujeres
es el poema
El amargo nudo que ahoga a los ladrones de ganado cuando se acerca el alba
es el poema
El tibio y dulce hedor que inaugura los muertos
es el poema
La duda entre las palabras vulgares, para decir pasiones innombrables y esconder la vergüenza
es el poema
El cadáver hinchado y gris del sapo lapidado por los escolares
es el poema
La caspa luminosa de los chacales
es el poema
De nada vale que el poeta lo diga… el poema está hecho desde siempre. Viento solitario. Garra disecada y quebradiza de un ave poderosa y tranquila, vieja en edad y valerosa en su trance.

AMÉN

Que te acoja la muerte
con todos tus sueños intactos.
Al retorno de una furiosa adolescencia,
al comienzo de las vacaciones que nunca te dieron,
te distinguirá la muerte con su primer aviso.
Te abrirá los ojos a sus grandes aguas,
te iniciará en su constante brisa de otro mundo.
La muerte se confundirá con tus sueños
y en ellos reconocerá los signos
que antaño fuera dejando,
como un cazador que a su regreso
reconoce sus marcas en la brecha.

CITA

In memoriam J.G.D.

Bien sea en la orilla del río que baja de la cordillera
golpeando sus aguas contra troncos y metales dormidos,
en el primer puente que lo cruza y que atraviesa el tren
en un estruendo que se confunde con el de las aguas;
allí, bajo la plancha de cemento,
con sus telarañas y sus grietas
donde moran grandes insectos y duermen los murciélagos;
allí junto a la fresca espuma que salta contra las piedras;
allí bien pudiera ser.
O tal vez en un cuarto de hotel,
en una ciudad a donde acuden los tratantes de ganado,
los comerciantes en mieles, los tostadores de café.
A la hora de mayor bullicio en las calles,
cuando se encienden las primeras luces
y se abren los burdeles
y de las cantinas sube la algarabía de los tocadiscos,
el chocar de los vasos y e golpe de las bolas de billar;
a esa hora convendría la cita
y tampoco habría esta vez incómodos testigos,
ni gentes de nuestro trato,
ni nada distinto de lo que antes te dije:
una pieza de hotel, con su aroma a jabón barato
y su cama manchado por la cópula urbana
de los ahítos hacendados.
O quizá en el hagar abandonado de la selva,
a donde arrimaban los hidroaviones para dejar el correo.
Hay allí un cierto sosiego, un gótico recogimiento
bajo la estructura de vigas metálicas
invadidas por el óxido
y teñidas por un polen color naranja.
Afuera, el lento desorden de la selva,
su espeso aliento recorrido
de pronto por la gritería de los monos
y las bandadas de aves gracientas y rijosas.
Adentro, un aire suave poblado de líquenes
listado por el tañido de las láminas.
También allí la soledad necesaria,
el indispensable desamparo, el acre albedrío.
Otros lugares habría y muy diversas circunstancias;
pero al cabo es en nosotros
donde sucede el encuentro
y de nada sirve prepararlo ni esperarlo.
La muerte bienvenida nos exime de toda vana sorpresa.

E-óN presentó Ticket to Youkali

El sábado 30 de julio hacia horas del mediodía se presentó en la Universidad Metropolitana el primer disco compacto de E-óN, un ecléctico grupo venezolano conformado por Julio Timaure (voz), Bartolomé Díaz (guitarra) y Óscar Fanega (bajo). El repertorio del grupo abarca la cantiga medieval Rosa das rosas, del antiguo códice de Alfonso X, El Sabio, Youkali de Kurt Weil y Roger Fernay, la canción popular latinoamericana Capullito de Alelí de Rafael Hernández, la Tonada de luna llena de Simón Díaz, La rosa de Auschwitz de Bartolomé Díaz (sobre una melodía anónima sefardí), Doppler una urbana melodía de Óscar Fanega, I put a spell on you de Jalacy “Screamin Jay” Hawkins, Eli, Eli lama asabthani (Señor, Señor, ¿Por qué me has abandonado?) de Reinhard Keiser en lengua aramea, un arrullo pemón y un canto al ánima sola. Lo que une tan variado repertorio es la interpretación que de ellas hacen este extraordinario trío, la poderosa voz de Timaure, quien viene del canto lírico de la mano de la Camerata de Caracas, el virtuosismo de Díaz, quien también perteneció a las filas de la Camerata, como intérprete de música antigua, y el talento en el bajo de Fanega. La interpretación musical del grupo estuvo acompañada por las imágenes de Reinaldo Guedez, las cuales contribuyeron eficazmente a crear atmósferas acordes con cada canción o pieza. Algunos de los temas no eran cantados, como es el caso de Doppler, compuesta e interpretada por Fanega, quien con su talento solista se ganó uno de los aplausos más fervorosos del público. Como espectadora fervorosa del talento venezolano de muy variadas tendencias, no puedo dejar de elogiar este interesante experimento híbrido que fusiona distintas tendencias musicales, mas debo reconocer que en algunas piezas, incluso muy aplaudidas por el público, la interpretación de Timaure no me convenció, no por el manejo de la voz, sino por su dificultad para meterse en el feeling de la pieza. Esto ocurrió sobre todo en las piezas de corte más popular como la Tonada de luna llena de Díaz, Capullito de alelí o I put a spell on you. Es evidente que su talento y sentimiento como intérprete se despliegan mejor en las canciones de otro registro. Aunque en Youkali, pieza de café concert de Weil y Fernay, si nos dio una excelente interpretación. El canto al ánima sola también fue un momento memorable. Le deseamos la mejor de las suertes al disco Ticket to Youkali, que a fin de cuentas es un canto de esperanza en estos días inciertos. Definitivamente, lo que sobra en este país es talento, no puede dejar de destacarse que los instrumentos interpretados por Díaz fueron realizados en Venezuela por el luthier Nicolás Volpe, quien construyó a “La Leona”, guitarra “capaz de proyectar sonidos cual rúgidos”.

Caracas, 2 de julio de 2007

viernes, 29 de junio de 2007

El genio del lugar

Dentro del marco de la XVI Feria Iberoamericana de Arte de Caracas (FIA), que se realiza actualmente en el Hotel Tamanaco Intercontinental, hay dos exposiciones paralelas, una en la sede de la Fundación Provincial, Av. Principal de La Castellana, El V Encuentro Iberoamericano de Fotografía, y el X Salón Cantv Jóvenes con FIA, en la sede del Centro Cultural Corp Group, frente a la plaza La Castellana. El V Encuentro Iberoamericano de Fotografía, titulado “Caracas: El genio del lugar”, se inauguró el domingo 24 de junio, bajo la curaduría de Hannia Gómez, Museografía de Alberto Asprino y Gilberto Carauta y la curaduría literaria de Isabella Santander. En esta exposición el espectador encontrará un interesante diálogo de formatos. Por una parte, pueden verse un conjunto de pinturas de maestros paisajistas venezolanos, o de maestros que hicieron del país su lugar de trabajo, los cuales representaron diversos espacios de parroquias caraqueñas y zonas aledañas, como el litoral central, cuando Caracas era todavía la ciudad de los techos rojos. En la exposición hay desde formatos muy pequeños, unos uveros de Macuto pintados por Tomás Golding, hasta formatos medianos que representan espacios mucho más amplios, un paraje de Los Chorros, o espacios ya más vastos, como los cuadros que representaban al Ávila desde alguna zona específica de Caracas. Esos cuadros que a uno siempre le recuerdan a Cabré. Quien, por supuesto es uno de los maestros que pueden verse en la exposición, junto a Pedro Ángel González, Francisco Fernández, Alberto Egea López, Ferdinad Bellerman, Antonio Monsanto, Eduardo Schlageter, Rafael Monasterios, Pablo Benavides, Rafael Ramón González, Raúl Moleiro, Armando Lira, Marcos Castillo, Jesús María de De las Casas, Juan Fabbiani, César Prieto y el ya mencionado, Tomás Golding. Así también, en una pantalla, pueden verse reproducciones de obras de otros maestros: Armando Reverón, Carlos Otero, Tito Salas, Elisa Elvira Zuloaga, entre otros.
Dialogando con estos maestros de la pintura, encontramos fotografías digitales de Nelson Garrido, de los mismos espacios representados en los cuadros, tal como ellos se encuentran en la actualidad. No poca poesía hay tanto en uno u otro formato, lo que eran trazos difusos en los pintores, que salieron del taller a pintar directamente el paisaje, y mostraron más que la realidad, lo que esa realidad despertaba en el observador, en algunas de las fotografías de Garrido, a través del ángulo o el encuadre, el fotógrafo nos entrega esa belleza oculta que nos rodea. Tal es el caso, por ejemplo de la foto de Los Caobos, de Gamboa, el Country Club, El ancón de La Vega, la Costanera Oeste y la Costanera Este. En otros casos, las fotografías de Garrido son una imagen documental que deja patente las grandes transformaciones que ha sufrido la ciudad en el último siglo, muy especialmente en los espacios donde hoy se asientan muchos de nuestros barrios populares.
En el centro de la sala, en un mapa de Caracas y sus alrededores, se destacan donde están ubicados los lugares, las parroquias representadas. No hay retratos en la exposición, no hay rostros, pero uno como espectador no los echa de menos, porque tal como lo indica el título al entrar, se trata de conectarnos con el genio del lugar que nos ofrece cada cuadro, cada foto, se trata de recuperar esa alma de la ciudad que está allí, oculta, y que nos pertenece. Esa alma se le atribuyó en tiempos antiguos al dios Pan, por ello una pequeña escultura del dios se encuentra al entrar a la sala. Al construir un espacio era bueno hacerlo de acuerdo con ese genio del lugar. Otro diálogo nos propone la curaduría en el montaje de la exposición: breves textos literarios, narrativos y poéticos, acompañan los cuadros y las fotografías, mientras la luz que entra por los ventanales, a un costado de la sala, también contribuye a dar atmósfera, a esta bella exposición que será exhibida hasta el 20 de julio. La sala está servida.

Caracas, 26 de junio de 2007

Poemas de Guillermo Sucre

Considero a Guillermo Sucre uno de los mejores y mayores ensayistas venezolanos, pero también un excelente poeta que ya las nuevas generaciones no conocen. En mi ya lejana adolescencia fue uno de mis poetas de cabecera y deseo compartir con los posibles visitantes de esta página algunos de sus textos poéticos, los cuales han vuelto a caer en mis manos en estos días, por uno de esos azares gaveteros. Empiezas a revisar el armario buscando otra cosa y te encuentras o reencuentras sorpresas.

Caracas, 29 de junio de 2007


TELEMACO

Había recorrido esta ciudad bajo otro cielo
Lo abrumaba la inocencia
Su rostro era lo desconocido
Respiraba en las calles un perfume insolente
El espejo detrás del deseo
El trato con la tristeza lo torno rebelde
No vivía en el desamparo sino en la soledad
Todo viaje lo extraviaba
Ese sol que gira en las noches
Quién ardía detrás de su fuego
Ningún rostro ningún nombre
Sólo el origen el lenguaje de la muerte
Así vio quemarse todos sus sueños
"Padre, estas cenizas"


ASI FUERON REPARTIDOS

Lo pulieron todo
se estremecían de sólo oler la desgracia
ponían granos de sal en la página
herida
navegaban en la historia haciendo vela
de cualquier viento
ninguno de éstos fuimos
lo inexorable fue que no fuimos inexorables
los dioses nos olvidaron hasta en sus
rayos luctuosos
consumimos varios soles raspando una sola
palabra
para sacarle fuego

&&&

Donde los demás no ven
se detiene la mirada que soy.
Sin ilusión, sin presunción.
Dejo el misterio como carnada
de peces de otro mar sagrado
que nunca fue mi reino.
Pierdo fondo, es verdad.
Hace agua la conciencia.
Y lo que digo es cosa de empezar
a decirlo de nuevo.
Cosa de nunca acabar.
Sufro la hipnosis, la refracción,
la dilatación
que otra mirada que ya no soy.
Y de este espejismo surge acaso
mi lenguaje,
el que nadie
sabe al menos que construyo
con desdén.

&&&

Con rostros iguales no llegaremos
al citado paraje
algo brota ya de tu mirada
pájaro que estremece la selva
donde me refugio
al atardecer
y me devoro

&&&

EN TU CLARIDAD

Entre tanto el cielo amanece
El día hace equilibrio sobre el mundo
Como si apartaras un espeso ramaje
Abres los ojos con que irradias
En su relámpago sostenido
El confuso desamparo del sueño
se desvanece
Prende en ti la claridad así te haces más
solitaria

jueves, 14 de junio de 2007

Women in art

enciende los parlantes: http://www.youtube.com/watch?v=nUDIoN-_Hxs

Poemas de Joyce Mansour

Desnuda
Floto entre despojos con bigotes de acero
Con la herrumbre de sueños interrumpidos
Por el suave ulular de los mares
Desnuda

Persigo las olas de luz
Que corren sobre la arena sembrada de cráneos blancos
Muda planeo sobre el abismo
La densa gelatina del mar
Pesa sobe mi cuerpo
Monstruos legendarios con bocas de piano
Se repantingan en la sombra de los abismos
Desnuda yo duermo

&&

Sueño con tus manos silenciosas
Que bogan sobre las olas
Rugosas caprichosas
Y que reinan sobre mi cuerpo sin equidad
Me estremezco me marchito
Pensando en las langostas
De antenas ambulantes y ávidas
Que raspan el semen de los barcos dormidos
Para extenderlo luego sobre las crestas del horizonte
Las crestas perezosas espolvoreadas de peces
En las que yo me repatingo todas las noches
La boca plena las manos cubiertas
Sonámbula de mar salada de luna

(De Rapaces))

Las maquinaciones ciegas de tus manos
sobre mis senos estremecidos
Los movimientos lentos de tu lengua paralizada
En mis orejas patéticas
Mi belleza íntegra ahogada en tus ojos sin pupilas
La muerte en tu vientre que come mi sexo
Todo hace de mí una extraña doncella

(De Cris)

Llueve en la concha azul de la ciudad
Llueve y la mar se lamenta
Los muertos lloran sin cesar sin razón sin pañuelo
Se perfilan los árboles contra el cielo viajero
Exhibiendo sus tiesos miembros a los ángeles a los pájaros
Porque llueve y el viento se ha callado
Las gotas locas emplumadas de grasa
Cazan gatos por las calles
Y el olor pringoso de tu nombre se expande
(por el nacimiento de las aceras
Llueve amor mío sobre el pasto abatido
En donde nuestros cuerpos extendidos han germinado alegremente
Todo el verano
Llueve oh madre mía y ni siquiera tú puedes nada
Porque el invierno camina solitario sobre la extensión de las playas
Y Dios ha olvidado cerrar la canilla

(De Déchirures)

Yo no tengo la culpa si tienes frío, querido
No esperaba tu muerte



Joyce Mansour. (Egipto, 1928). De nacionalidad inglesa, se estableció en Francia y escribe en francés.

martes, 12 de junio de 2007

Un post para cronopios



Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor.
Julio Cortázar
(De Salvo el crepúsculo, "Cinco últimos poemas para Cris")

lunes, 11 de junio de 2007

Dos poemas de Rafael Cadenas

Te llamarán a la plaza de la tergiversación.

Desoye todas las voces.
Vive con la quemante lógica.
Vuelve a donde todavía no empiezas.

Como un llameante espacio que se desocupa siempre.
En el temblor de ser sólo vida vacante.

&&&&&&&&&&&

Atroz jauría, fauna de claraboyas, población de la máscara.
No me quieren escueto sino lleno de herrumbre, repasando
viejas divisas, retratos, fechas, pero me niego a llevar
cargas. Rehúso todo peso ilegítimo.

"De muerte lenta" (O el difícil arte de construir un país)



Sólo lo que amamos o deseamos despierta nuestra fantasía, nuestra capacidad de soñar, o nuestro dolor. Pocas y pocos escritores venezolanos se han ocupado del país con el fervor, la suspicacia, el aquilatado lenguaje que lo ha hecho Elisa Lerner. En sus crónicas, relatos y ensayos nos ha ofrecido un espejo, no condescendiente, donde mirarnos, una visión subjetiva de nuestra sociedad, de nuestro modo de relacionarnos y de asumir el espacio de lo público y lo privado. En sus textos se cruzan, sin pudor alguno, lo íntimo y lo colectivo, la verdad y el anhelo, la memoria y el sueño, tal como ocurre cotidianamente en nuestra sociedad. La perspectiva de narración de sus textos, es necesario destacarlo, nos ha aportado una mirada crítica de esa idiosincracia nuestra, a veces tan volátil, inconstante, a veces “levantisca” (como dijese Mariano Picón Salas), a veces tan contradictoria.
Para ello se ha servido de un estilo en el que el humor y la ironía son ingrediente primordial. No olvidemos que tras la ironía, su mirada oblicua, hay siempre el llamado a la reflexión. En algunos de sus textos ese llamado se hace enfático, contundente; en otros subyace cierta amorosa nostalgia que indaga en la memoria de una ya lejana infancia propia o de la Caracas contemporánea, que comenzó a erigirse con el Plan Rotival y la construcción de la avenida Bolívar.

II

“Como somos jóvenes nunca hemos querido tener memoria y, en suma, hemos preferido ser…mágicos. Por mucho tiempo hemos sido brutales y violentos, poco cavilosos. La magia ha sido una visión hipotética de esas violencias”.
Elisa Lerner, Yo amo a Columbo

La lectura de la novela De muerte lenta de Elisa Lerner no es tarea fácil. Tal como lo escribo se lo expresé en un correo electrónico a la autora. Ella, con toda la modestia del mundo se disculpó por haber escrito un texto tan difícil. Algunos de los clásicos de la literatura, y algunas de las grandes novelas del siglo XX tampoco son fáciles, e incluso han sido tildadas por algunos lectores de ilegibles: El Ulises de Joyce, por ejemplo, Paradiso de Lezama Lima, La pasión según G.H. de Lispector, por nombrar sólo tres. La facilidad o dificultad de lectura no es una suerte de calificativo para definir un texto literario o para dar cuenta de su calidad. Cuando digo que esta novela no es una lectura fácil sólo pretendo, con modesta sinceridad, dar cuenta de mi experiencia como lectora al enfrentar el texto de Lerner, al intentar dialogar con él. Así como hay afectos que valoramos profundamente de los que solemos decir: “La (lo) aprecio muchísimo pero debo admitir que no es una persona fácil”.
¿En qué estribó la dificultad inicial de lectura de la novela De muerte lenta? Quizá, esté el problema de las expectativas. En los últimos tres años he estado leyendo las crónicas, ensayos y relatos de la autora, textos de mayor brevedad y precisión. Me amisté con un tono y un tempo que me han venido acompañando. De muerte lenta me ofrece un texto de largo aliento, una novela, en el que abundan párrafos que se prolongan página y media, dos páginas (de un punto de letra que no es pequeño, debo decirlo), pero de una terrible densidad, en el buen sentido de la palabra, es decir, me exigen una lectura cuidadosa y reflexiva. De manera inevitable debes leer la novela de a sorbitos, muy poco a poco, buscando esas entrelíneas que siempre han sido el lenguaje de fondo de sus textos. Porque aún en sus frases más frontales sobre el país o sobre la vida contemporánea, hay una suerte de “nota al pie” no escrita que le toca al lector indagar. Ninguna frase en sus textos es azarosa, y con el paso del tiempo su lenguaje, muy trabajado siempre, su rica adjetivación, se han tornado más metafóricos, plurisignificantes.

II
Luz Marina Rivas en La novela intrahistórica (El otro, el mismo, 2004, 2da. edición) indaga sobre los textos narrativos de tres escritoras venezolanas (Laura Antillano, Milagros Mata Gil y Ana Teresa Torres) y destaca la manera en que estas autoras han aportado nuevas perspectivas sobre la historia oficial venezolana, desde los espacios de la cotidianidad y la intimidad. Creo que la novela de Elisa Lerner bien podría situarse dentro de la definición de Rivas de novela intrahistórica. De muerte lenta centrada en el encuentro entre un joven tesista universitario de Historia y Carlos Pedraza, un antiguo funcionario público sexagenario, “sin relieves”, que trabajó para el breve gobierno de un “presidente ilustre”, Rómulo Gallegos, le sirve de pretexto a la narradora para entregarnos una nostalgia y un sueño. La tristeza de una generación que con el derrocamiento de Gallegos vio truncado un modelo de país, progresista y democrático, para enfrentarse luego a una férrea dictadura, la de Pérez Jiménez; y el sueño, aún latente, de la posibilidad de construir ese país.
¿Cómo se nos entregan esa nostalgia y ese sueño? Empecemos por el epígrafe de María Zambrano: “El tiempo en que como en una gruta/se cuajan las palabras que luego salen enteras,/como de un largo y hondo silencio”. Ya el epígrafe nos da el tono del texto que vamos a leer. Se trata de un texto largamente gestado, que surge además de una honda indagación. Lo que viene del silencio es aquello que viene de la escucha y de los espacios en sombra del ser. Aquello sobre lo que no se indaga impunemente, y con frecuencia, no sin dolor. Es el dolor, el sentimiento de pérdida, como ya he dicho, de toda una generación, la llamada “Generación del 58” secuestrada por el militarismo, la persecusión, la censura y la violencia. Ella lo expresó en algunos de sus ensayos recogidos en Yo amo a Columbo (Monte Ávila Editores, 1979), específicamente en el apartado “El país y la memoria”.
En la novela de Lerner diversos tipos de referentes configuran la memoria que construye a Carlos Pedraza como personaje: Los lugares (Las Residencias Amapola, un edificio en ruinas de moderna arquitectura construido en la década de los cincuenta, donde vive el otrora funcionario público; el club Puerto Azul, reducto emblemático recreacional de una clase media con fuerte poder adquisitivo, hoy venida a menos); los objetos (un sofá que hace soñar “con anteriores tiempos del poder y de la gloria”, “un pequeño y bellísimo cuadro abstracto de filamentos amarillos” o una “cafetera azul” de Alejandro Otero, que también nos remiten al parisino grupo de “Los disidentes”, que en la década de los cincuenta renovaron el arte nacional y lo internacionalizaron); así también la autora nos enfrenta con las dinámicas que conforman y sostienen los traspatios del poder político (“Algunos todavía con una sonrisa a flor de labios, pocos minutos después de haber abandonado la sala de audiencias, caían en cuenta de haber sido escamoteados en lo más esencial y perentorio de sus necesidades. Se había estado en palacio para admirar la inteligencia y versatilidad de un intelectual amable y comprensivo”); también el espacio de lo íntimo y sentimental tiene su espacio, al retratarse los tardíos escarceos amorosos de Pedraza y Margarita, una profesora de literatura, de ancestros ostentosos, mucho más joven, “algo gordita, tan displicente y juiciosa”, a quien conoce en el club Puerto Azul.
Todos estos referentes se van entrelazando como eslabones de la nostalgia, para representar una figura en declive (¿símbolo de un modelo de país?), el cual la Academia inesperadamente ha convocado, de la mano de un estudiante de Historia. Entre whisky y whisky Black and White se escapa, se deja ver, un país cuyos hábitos sempiternos, de más de medio siglo petrolero, cabalgan al azar, a la deriva, como una isla que emerge y se hunde en un cuento fantástico. “Hemos preferido ser…mágicos”, escribía Elisa Lerner en 1968. O tal vez heroicos, míticos, si se prefiere, a fin de cuentas es lo mismo. Parecemos vivir entre hondas nostalgias y grandiosos anhelos. La realidad nos queda siempre chiquita. Es por ello que, cual Sherazade, Pedraza le va escamoteando al joven estudiante, lo que viene a oír, para que regrese. En De muerte lenta Elisa Lerner, una vez más, hace gala de histrionismo, con asaeteado humor vuelve a mostrarnos ese país que se evade entre promesas, como el funcionario “con su mejor sonrisa encantadora” ante su interlocutor. Es como ese país posible, “la gran Venezuela”, que siempre estamos construyendo, pero no logramos edificar, entre chismecillos de crónica ministerial, urdidos en los pasillos de palacio, o entre anécdotas de alcoba, siempre un poco magnificadas.

Caracas, 2007

sábado, 9 de junio de 2007

tres poemas de Jesús Sanoja Hernández

Tuve la suerte de conocer a Jesús Sanoja Hernández y lo menos que puedo decir es que se ha ido uno de esos venezolanos que enorgullecen el gentilicio. Acusioso indagador de nuestra historia política y cultural, periodista, profesor, poeta, Sanoja Hernández era también un conversador cordialísimo. Dejo aquí a manera de homenaje 3 de sus poemas:

BESOS

Con la letra B se escriben ciertas palabras:
brujas, biblia, balde, berrido, brote,
colmada como ahora la ostra de la muerte, al revés
el órgano visual, espantosa y cerrada en las partes de sal.

La mujer brilla en forma de dos estrellas, una hacia la pata,
otra con el tedio de anoche, con lenguas y congoja.
Muy joven, puedo ser vencido, muy violento, pueden matarme,
yo, el perro de Venus, el ganado del deseo
que promueve voces contra el vestido,
ella, el leopardo fecundado que juega con una pelota en la cama,
yo, maraña ante la traición, y ella y yo
hasta qué grupas, una rueca sin pasado y un revuelco,
y ella por cuarta vez, la verde isla,
la mágica enfermedad.

Tengo de cenizas lo que estorba en prisión
y endurezco demasiado en la memoria de las guerras.
Lo que escribo de noche, lo corrijo de día,
pero no hoy, demasiado visible, y con ella
a remolque de opresión, zona atrasada de lo blando,
canto inverso el movimiento.

Ella tupe su velo, carnal, nunca seré débil, nunca más,
tentación de sarna y telas, Valle Hondo
donde se hechizó mi foso, mis culebras.

No más. Dormirme. No más.

CABALLOS DE AYER

Tales caballos levantan largo regocijo, aquí y allá,
penetrantes en el sueño que de golpe salta de tus ojos.
Vienen de lejos,más allá de la laguna, con fuerza oscura
que castiga los escombros del día y suena música de viajes.

No traen la gloria luciente de los mitos, huelen a carne,
corren en desbandada hacia un límite invisible, se encabritan,
se calman y hábilmente se sitúan entre el paraíso
y las lomas del ayer, coronadas por el deseo, ya exhaustos.

Al fondo, naves del tiempo con tempestad de oros
tocan algo imprevisto y las crines se alzan en el espanto
y los bufidos desparraman soles en la espuma
y el instinto se escapa entre zumbidos y perfumes.

Atrasan aquel horizonte azul antes que la lluvia
asuma virtud de vino y bañe hasta el final
las transparencias de los cuerpos, bautista de mi selva,
privilegio de mis aguas. Lanzan luego mirada
hacia lo oculto, de abajo a arriba, y se disparan.

Sus yerbas, su venerado mastranto, los ijares de sudor
pasan volando con la tarde, y en sus cascos
la hora funeral estremece ciertos muros
que dividen campo y pueblo con un zas de muerte.

Primero los de azabache y sombra, después los untados rucios,
y los blancos de narcisos trotes y los de manchadas frentes
ocupan con rapidez las esquinas, como ejército, tejido,
ola de patas lustrosas, inundante vaho de orgullos.

Tales caballos esclavizan mi memoria, la atan
al lugar donde habita, intermitente, la palabra:
su lejana vibración cambia de color en un aire denso
y se oye un galope de prodigios a distancia, por allá,
entre ríos y sabanas, encadenando misterios
en medio de la polvareda, último respiro del espíritu.

Tales caballos. Aquella movilidad fragante, su apoyo,
y los lomos como en guerra y el viento devorado por la Nada.

VIAJE IMAGINARIO

Hacia la plaza que luce un fulgor de multitud disuelta,
rectamente, no como filósofo engreído, tampoco
montado en máquinas litúrgicas, con orejas lavadas en cielo.

Hacia la costa, con su vuelco al otro lado,
y hacia la roca que estalla en la parte alta de la esfera.
Hacia lugares previamente determinados por el azar.

Hacia el Este de Caracas, matando tulipanes y abriendo el ojo
para leer qué ocurrió el 15 de noviembre de 1903.
Hacia la división de la inteligencia y las pasiones.

Hacia el mar, que me aterra en sus honduras.
Hacia una montaña de olorosos árboles,
hacia ese sitio, entre pinos, por mi preferido,
y hacia el sol apagado mientras pienso en Dios.

Hacia la vanidad, sombra apenas del objeto.
Hacia el altar del tiempo y hacia Río Chico,
para aclarar lo sucedido alguna vez, de mañana,
en el patio, bajo matas de grosellas, junto a barriles fríos.

Hacia las penas, hacia el paso último,
va mi corazón.