Aquí se vuelve a oír el viento.
Pasa entre los edificios, mece
los pinos, hiela el autocine.
Morador de ninguna parte,
no puedo decirte: Oye, oye,
sé mi espíritu.
Sólo hay una espera
en la noche,
pero nadie tiene el ímpetu para hablarte
como en los tiempos del entusiasmo.
Eres lo que eres, una voz solitaria
que resuena en los aledaños de las ciudades.
Las palabras que te dirigían también pasaron
como las alucinantes hojas.
Este es otro mundo, no hay dirección.
El viento, cuando azota,
golpea en el caos.
Rafael Cadenas
(Tomado del libro "Gestiones")