Amanece. Él me cubre con hálito de resina, se extiende sobre mí, y toma su dote con insospechada fuerza.La casa gime bajo su peso, y el sol envía un venablo de llamas. El día se abre como un halcón blanco, y su luz me enceguece.
Todo ha pasado. Quedan cuerpos desiertos en la vasta tormenta. Él me habla desde el vendaval de su horizonte, y abro los ojos.
Mira el día, me dice.Mira lo que he dispuesto para ti.
Beverly Pérez Rego
Beverly es una de las voces más interesantes de mi generación. Este texto pertenece a su primer libro,"Artes del vidrio" (1992), que pude escuchar, cuando aún era inédito, en el taller de poesía que coordinó en Casa de Rómulo Gallegos Armando Rojas Guardia entre 1988 y 1989.
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