I
Haz una llave, aunque sea pequeña,
entra en la casa.
Admite la dulzura, compadécete
de la materia de los sueños y de las aves.
Invoca el fuego, la claridad, la música
de los costados.
No digas piedra, di ventana.
No seas como la sombra.
Di hombre, di niño, di estrella.
Repite las sílabas
donde la luz es feliz y se demora.
Vuelve a decir: hombre, mujer, niño.
Donde la belleza es más joven.
IV
Apoyas la cara contra la melancolía y ni siquiera
oyes el ruiseñor. ¿O es la alondra?
No toleras el aire, dividido
entre la fidelidad que debes
a la tierra de tu madre y al casi blanco
azul donde el ave se pierde.
La música, llamémosla así,
fue siempre tu herida, mas también
fue sobre las dunas la exaltación.
No oigas el ruiseñor. O la alondra.
Es dentro de ti
donde toda la música es ave.
Eugenio de Andrade
Eugenio de Andrade. Seudónimo del escritor portugués José Fotinhas. (Beira Baxa 1923-Oporto 2005). Poeta, prosista y traductor. Fue funcionario público con una importante influencia de la cultura griega y oriental. Publicó en 1942 su prmer libro de poemas Adolescente y tomó notoriedad pocos años después con Las manos y los frutos. Publicó 27 libros de Poesía. Su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas. La traducción que comparto es de Francisco Rivera, publicada por la editorial venezolana Fundarte en 1987.
1 comentario:
Ojalá pudieras publicar todo el poemario. Es verdaderamente una joya.
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