miércoles, 1 de julio de 2015

CON BRIAN PATTEN EN BUSCA DE MAUD Y EL JARDIN


         Casi todos los venezolanos tenemos una imagen de Aquiles Nazoa que lo vincula al humorismo, a lo popular, o en último caso a sus nostálgicas estampas caraqueñas, que rememoran en verso o prosa, una ciudad que fue desapareciendo. El primer poema suyo del que tuve noticia, cuando era niña, "Balada de Hans y Jenny" no encaja en ese estereotipo que tenemos de Nazoa. Es de ese Nazoa del que quiero compartir un texto, el Nazoa Lírico, el Nazoa sentimental, que también nos dejó sus versos. "Con Brian Patten en busca de Maud y el jardín", pertenece a ese Nazoa, que al igual que el poeta británico, le cantó al amor y a la nostalgia de lo perdido. 


CON BRIAN PATTEN EN BUSCA DE MAUD Y EL JARDIN

Maud, ¿dónde estás, Maud,
con tus largos vestidos y tu cuerpo de crema de albaricoques?
¿En qué jaula colgaste el oscuro murciélago de la noche?
¿Qué sucedió con el jardín? Maud, todo ha pasado,
y ahora puedes contárnoslo a nosotros tus amigos.
Maud, ¿dónde estás Maud?
Lírica todavía pero ya muy usada, andas por los suburbios
viendo pasar los autobuses llenos de gente joven y feliz,
preguntándote qué habrá sido de aquel jardín si es que ha
ido a parar en alguna parte.
Y cómo pudo suceder que lo hubieras perdido, Maud. Ya
no hay remedio.
¿Será posible que estés ya definitivamente perdida?
¿Estás viviendo ahora con un músico sin trabajo?
¿O has alquilado un cuarto con unos cuantos muebles
donde te sientas ante un anticuadísimo radio de baterías
para escuchar las últimas malas noticias de última hora?
Maud, ¿qué está pasando?
¿O llevas puesto un vestido Mary Quant?¿Dónde estás Maud?
¿Estás muy perdida y demasiado sola?
¿Todavía al dormirte sueñas aquellas cosas estupendas
y despiertas con una mano encima de los pechos y la otra
sobre tu sexo?
¿Lloras por tu jardín que se perdió entre sugestiones
obscenas, donde las flores de cemento ya no se abren
ni se cierran?
¿Quién vertió en él la sustancia herbicida con que fue
asesinada tu inocencia?
¡ Nosotros no logramos saberlo nunca aunque tratamos
de ayudarte!
De modo pues que vuelve, Maud, a la ciudad,
donde las flores son demasiado tempranamente cortadas
y los días apuñaleados como feroces enemigos.
Maud, ¿eres tú, Maud, esa que en este instante veo pasar
tan sola, escurriéndose por entre los bloques de oficinas
en alquiler, con la cabeza pensativamente baja
y unas recientes lágrimas denunciándote en las mejillas
lo doloroso de una tristeza que no habla?


Aquiles Nazoa 

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