La vida
cultural de Caracas es bastante activa, por lo general. Aún ofrece un variado
menú semanal de actividades: cine, artes plásticas, literatura, teatro,
charlas, foros y conferencias sobre diversos temas. Y generalmente, quienes
somos asiduos a un determinado tipo de eventos terminamos conociéndonos o
incluso amistándonos. Conocí a Keila Vall de la Ville (Caracas, 1974), en un
recital que organicé en febrero de 2011 en la librería Kalathos. Cinzia Ricciutti,
a quien invité a participar, me preguntó si una amiga poeta también podía
participar, Keila. Le dije que sí, que no había problema. Así ella se sumó al
grupo ya conformado por Alfredo Herrera Salas, Cinzia Ricciutti, Alexis Romero,
Georgina Ramírez y yo. El día del recital, Keila y yo hicimos buena sintonía de
inmediato. Cuando leyó sus textos noté, que desde el punto de vista poético, éramos
bastante afines también, en el tono urbano, pero al tiempo reflexivo.
En esa misma época Keila, junto con Kira Kariakin, Georgina
Ramírez y Jacqueline Golberg iniciaron los jamming
de Poesía en el Ateneo de Caracas, en los cuales los participantes, como
los músicos de jazz, improvisaban tomando como pie lo leído por otro de los
poetas participantes. Participé en uno de los jammings en agosto de ese mismo año, junto con Eleonora Requena,
Alexis Romero, Leonardo Padrón, Enza García, Adalbert Salas, Ana Lucía de
Bastos y Adriana Bertorelli.
Pocos años después, Keila se fue a
participar en el programa en Escritura Creativa de la Universidad de New York y
al terminarlo se quedó allá, en la ciudad de los rascacielos, donde hizo otra
maestría en Estudios Hispánicos, en la Universidad de Columbia. Ella es antropóloga,
egresada de la Universidad Central de Venezuela, magíster en Ciencias Políticas
por la Universidad Simón Bolívar. Además de escribir poemas, ha incursionado
también en la escritura narrativa, publicando el libro de cuentos Ana no duerme, editado por Monte Ávila
Editores en 2007 y la novela Los días
animales, que el año pasado obtuvo un galardón internacional, el Best Novel International Latino Book Award 2018.
Los poemas
que comparto pertenecen a Viaje legado,
editado por Bid & co en 2016, es hasta ahora su único libro de poemas
publicado. En sus versos encontramos textos de distinta respiración, unos
bastante breves, otros de mayor extensión, otros incluso en prosa; pero unidos
por una voz, aunque definitivamente urbana, es una voz que indaga hacia
adentro, hacia el alma. Y aun cuando, en la mayoría de sus textos, se narre, se
cuente una anécdota, eso que pasa, se nos entrega desde una emoción, desde las
huellas en el alma que deja lo sucedido, lo sentido. Lo que puede hacer que los
primeros textos, con una fuerte carga de violencia, puedan resultarnos algo
incómodos. Es quizás paradójico, para quienes la conocemos, que esa mujer
espiritual, afectuosa, sea al mismo tiempo, fuerte, e incluso implacable a
veces, en su escritura. Mi selección, como toda selección de textos, es
arbitraria, comparto los textos con los que he tenido más resonancia, pero esta
selección, como todas las que hago, es igualmente un abrebocas, una invitación
a la lectura.
Quebrada pero viva
(fragmento)
3
Caracas es el Aula Magna los domingos a las once
su acústica impecable y sus asientos de madera
el techo de Calder.
El pasillo de la Universidad Central
aulas y librerías entre jardines
un ejercicio de Matemáticas medio borrado
silencio seco, tiza percusión.
A esa hora dos hombres secuestran a una mujer
para robarle un auto. Amenazan dejarla
fría, pose indecorosa
en dirección Caracas-Guarenas.
No voltees, no me mires o te quiebro.
Pueriles
y calzados
preguntan
¿me viste?
¿tú me viste?
Respondo
no.
Los hombres se preocupan
por el vector del ojo secuestrado
como si olerlos no bastara.
¡Es mi hora animal, los veo con la piel!, quiero gritar,
reírme de mí misma
del ancla que encuentro en la esquina de la alfombra.
Cuando yo no esté
¿quién limpiará esta mancha?
En mi auto los hombres dicen quebrar para decir asesinar.
Ignoran que estoy quebrada ya
rompen el tiempo
inciden calzados con cilindro hueco
frío como la cloaca en la autopista
donde dicen llevarme a morir.
Si miras te quiebro.
¿Quién limpiará esta mancha? me pregunto,
sintiendo temblar el hierro,
dudar la mano de la que cuelgo,
más calmada de lo que pensaba estaría
cuando me pasara algo así.
Es cuestión de burocracia
o de paciencia
en mi país a todos nos toca,
la pregunta es cuándo.
Sin vigilancia en la Universidad
de pasillos solitarios
me dejan viva un
domingo a las dos.
Frente al teatro imagino cediendo la puerta pesada
reclinarme en la butaca
bajo el Calder flotante.
No sé si duermo.
Afuera el sol, el pizarrón con ejercicio de matemáticas
inconcluso
el cigarrillo que pido porque
el día que sobrevives a la miseria
que ahora
de cierta manera
te integra,
es un buen día para fumar.
Poética violenta
forma de afecto entre dos cuerpos
en guerra librada
sin ver.
Quebrada pero viva.
En dos
Partir
es siempre partirse en dos
Cristina Peri Rossi
Partir a tiempo.
Ya no quiero este suelo.
Partir el tiempo partir el mapa.
Partir con tiempo partir con mapa.
No importa hacia dónde.
Quiero partir
a pie.
Vida
Me tropiezo con ella
tira de mi mano
borrasca
rival
no hay preguntas, no hay tiempo
no hay fragmentos, no hay detalle.
Ala rota y voy resteada.
Me lleva.
Le respondo
a
pulso.
Espiral ascendente, turbulencia
impedimento
que ofrece salvarme
de mí
misma
alejándome de quien soy.
Lupo
Una vez dijiste
cuando llames vengo
y te hago
sólo dime
y vengo.
El recuerdo me desmaya la piel
hormiguea aquí.
Ocurre que
Soy presa que muerde.
Aquello anterior al tiempo, no tiempo, no más
algo
tuyo
se fue arrastrando algo mío.
En el sitio quedó la marca, el resto, el derrame
líquido en la memoria que me alimenta.
Mi piel reposa.
Sutiles
colmillos
esperan.
Paradoja
Para R.A.
Ayer
con el insomnio afilado
pensé en mi sueño
que es tu tiempo.
Cuando yo duermo tú te encuentras.
mi sueño te crea
te organiza
se vuelve mapa.
Si despierto ya no estás.
Somos una manera de decir
paradoja
que es una extraña
palabra.
Ego
Entregas todo por un foco
círculo blanco cerco
frontera
que te engulle.
El otro tigre (no me suelta)
Algo
me impone esta aventura indefinida,
Insensata y antigua, y persevero
En buscar por el tiempo de la tarde
En buscar por el tiempo de la tarde
El otro
tigre, el que no está en el verso
JORGE LUIS BORGES
Si el musgo se quedara
entre mis manos
si las uñas amanecieran
de negro oscuro incrustadas
si del viaje de la noche
regresara tomada por alguien más
o conociendo de veras
Istambul
no habría escritora
ni poesía.
Manhattan VIII
Para Mateo
Miro hacia abajo y no veo los pies.
Esfera perfecta.
Lluvia nevada, eleteo en el vientre
los pesos antiguos se enfrían
se congelan.
Purifican.
Hablo al silencio que de tanto latir me despierta
prometo cuidarte
de mí misma
busco un nombre
limpio
para ti.
Todo es siempre
el comienzo.
In ello tempore
El inicio puede ser
sonido tenue
un zumbido
semicorcheas susurrando
en la panza de una vasija.
No todo comienzo es big
bang
tal vez ninguno lo fue
escarcha
suena también la escarcha
al caer sobre el papel
entra sin miel una abeja
irrumpe su aleteo
mil veces explota
penetra el mundo
lo expande
se vuelve herida que me emplaza
cada punto
en la circunferencia
lo auspicia todo
otra vez.
Keila Vall De la Ville
Viaje legado
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