miércoles, 29 de enero de 2020

Poemas de Cósimo Mandrillo

Poetas de Provincia 



Los capitalinos solemos ignorar la obra de los escritores y poetas de provincia, a menos que se muden a la capital o que tengan la fortuna de ganar renombre más allá de su región. Generalmente no nos llegan sus libros, son publicados en tirajes pequeños por editoriales locales o si nos llegan, no les prestamos mucha atención. A Cósimo Mandrillo (Taranto, Italia; 1951), le debo haber podido leer la obra de la poeta zuliana María Calcaño, cuando pocos la habían leído, gracias a una edición que Mandrillo coordinó y me leyó alguna tarde de 1992 el desaparecido poeta Carlos Brito. Hace algunos años pude conocer a Mandrillo aquí en Caracas, había sido invitado para la Feria Internacional del libro de Caracas. Sostuvimos una breve y cordial conversación. Posteriormente di en librerías con dos de sus libros de poesía Todo indicio de ti (2006) y La muerte y otros regazos (2014). Compartiré algunos de los textos de Todo indicio de ti, libro de poemas dedicado al amor desde la piel y el deseo, en el que la mujer amada es la puerta y el vínculo hacia otros referentes que la vinculan al goce de vivir.. Pero finalmente también su ausencia se canta, cuando la pasión ha acabado.






La pie de mi hembra cubre esta mesa
He puesto cúrcuma y deseó en su carne
Y un grano de anís bajo la lengua
Para sus senos
Ni miel ni vino ni coca-cola
Sólo un grumo de sal
Cultivado en el oleaje de agosto
Sobre su vientre
Con una mezcla de achiote, ajonjolí y canela
Cocinaré el recorrido de estas manos
Boca saturada
Clavo de olor
Jenjibre abrillantado y laurel
Dormiré ahíto
En el horno de sus muslos
Indigestamente enamorado

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El que sueña y el que habla no es el mismo
El que sueña desbroza de malezas y malicia
El cuerpo nuevo de su mujer
Se dice:
Esta mujer es mi alimento
Mi plegaria de la tarde
Mi taza pintada de azufre y carbón
Ella, entre tanto, cuece su alma
En esa pócima de amor
Que guarda
En la magia terrible de sus piernas

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Pienso en ti
Como náufrago que mira el mar
Desde la franja de arena
Que le sirve de refugio y cárcel
Y es un mar de tal modo suyo
Que no puede sentir sino que se le escapa
Que su mirada en la orilla
Contiene y aleja
El horizonte en el que se mira
Y se ve a sí mismo
Como un hombre que parado en la orilla
Contempla un mar
Cada vez más inmenso
Más extraño
Y más suyo

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Leo en el pergamino que eres
Te recorro en cada palabra
Te reconozco
Entro en ti sigiloso
Para encontrarme
Leo
Puede que estés aquí
Eres la mano que sigue la línea
La lengua que pronuncia cada palabra y su aroma

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Son iguales el despertar y el harakiri
En ambos una inapropiada daga
Perfora intestinos y alma
La carne se retuerce como si fuera sábado
Y una sombra se descuelga de la cama
Donde se paseó el amor la noche entera

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 Habrá que despedirse
Tomarse del silencio
E irse lento a casa
Buscar estrategias para el olvido
Lavar platos anula el pensamiento
Amarrarse al televisor como tigre herido
Para detener hemorragias
Tiempo para el repaso
Recorrer el cuerpo ausente
Con precisión de bisturí
Recrear el sabor de salivas y sudores
La textura buena de piel y lengua

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No hacer la cama
No alisar las sábanas
Buscar todo indicio de ti
Identificar cada sospecha de tu cuerpo
Determinar rastros de humores, piel cabello
Analizarlos a conciencia
Determinar culpabilidad
Guardar el expediente al fondo del alma

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Se puede navegar desde una ventana
Con la pura humedad de adentro
O con toda el agua del cielo
Se puede navegar aferrado a una sábana como a una vela
Con el viento del sueño empujando a estribor
Al oleaje de lo oscuro
Lo que no sabemos y nos gusta
Se puede navegar como quien vive
Mansamente hipnotizado
Por lo pequeño del día
Llevado por la corriente

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Para reconstruir un rostro
Colóquese arriba la voz
A un lado la mano que se cruza
Una que otra pregunta
Si nadie lo reconoce
Continúe perdido en su cuerpo
Hasta hallarse en la última línea
Como visitante solo

Cósimo Mandrillo. Escritor venezolano de origen italiano (Taranto, Italia; 1951).   (poeta, narrador, ensayista, autor de guiones para títeres y cine, recopilador, cronista y crítico), y asimismo docente e investigador.  Desde niño vive en Zulia, Venezuela. Es licenciado y magíster en literatura venezolana por la Universidad del Zulia (LUZ). Doctor en literatura hispanoamericana por la Universidad de Iowa (EUA). Profesor e investigador de la Escuela de Letras y del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Literarias del cual fue director, actual coordinador de la maestría en Literatura Venezolana de LUZ. Ha publicado:

8 cuentos para títeres. (1976)
Selección de textos críticos de la literatura zuliana. (1982)
José Ramón Yépez. (1982)
Literatura zuliana. (1984)
Migra. (1985)
El árbol de jugar. (1985)
Literatura zuliana siglo XIX. (De los inicios a Ildefonso Vázquez). 1987
La ciudad de Udón. (1990)
Parte de guerra. (1991)
El mundo es una piedra. 1991)
Poemas de lengua brava.(1991)
Víbora y barro: acercamientos a la obra de Gustavo Díaz Solís. (2004)
Todo indicio de ti. (2006)
A boca de agua. (2008)
Poemas de Sa’awa. (2011)
De la muerte y otros regazos. (2014)


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