Recientemente se cumplieron 10 años de la desaparición física
de Alfredo Silva Estrada. Poeta, ensayista y traductor venezolano que vivió en
la Poesía y para la Poesía. Junto con Juan Sánchez Peláez, en la década de los
años cincuenta del siglo XX, marcaron la entrada de nuestra Poesía en la
contemporaneidad; en tanto ambos poetas nos entregaron artefactos verbales que
rompieron con la vocación intimista, romántica que había signado el género
entre nosotros. Nos mostraron el poema como juego lúdico, a través del cual el
lenguaje se expandía, alcanzando nuevas formas de aprehender lo real y lo
sentido. La raíz genésica, creadora de lo poético. Silva Estrada, a través de
su labor de traductor, dio a conocer entre nosotros importantes voces de la
Poesía contemporánea en lengua francesa tales como Vahé Godel, Fernand
Verhesen, Pierre Reverdy, Andreé Chedid. Y algunos de estos poetas, a su vez,
tradujeron sus versos a la lengua francesa.
Recuerdo la
lenta cadencia de su voz, su mirada perdida que parecía indagar en honduras.
Releo Acercamientos, compendio de su obra
poética, que publicó Monte Ávila Editores en 1992. Señala Rafael Castillo
Zapata en el prólogo sobre su Poesía: “Asertiva por definición, ella pone a
cumplir a la palabra la tarea primordial de fundar y refundar el mundo y hace
patente, con ello, la evidencia de su capacidad regenerativa, su madera para
ser, a fin de cuentas, el único asilo, el móvil maleable, ciertamente u-tópico,
asilo del hombre en medio de las tierras baldías, los cielos asolados, las
oscuras noches del alma de la modernidad”. Ciertamente su Poesía, a través de
sus imágenes apuesta, más allá de toda posible desolación, a la posibilidad
siempre humana del renacer, sobre lo perdido o negado, la posibilidad de
imaginarlo, de hacerlo imagen:
Raíz, nimbo de trizas.
Alborear en las grietas.
La clave de vacíos renueva su efusión.
Reír en lo quebrado.
Nuestra visión en quiebres concibe un nuevo sol
&&&
¿Cómo asir las
canciones olvidadas?
Luisa del
Valle Silva
Si esa canción iluminó aquel día
Nos ilumina ahora
Aunque ahora la hayamos olvidado
Nos iluminan
En la concentración amorosa de aquel discreto azar
Sus voces espaciantes
Memoria
de unos labios
Con sed de asir las canciones que ascienden
Por los secretos hilos del amor
Contra los muros de estampidos
Así la podredumbre de la ciudad se borra
En este diario goce de inventarnos un aire
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