viernes, 11 de mayo de 2007

Ripeness is all

Es su ensayo "El arte de madurar" Cesare Pavese cita un verso de Shakespeare "Ripeness is all", que se traduce como "madurar lo es todo", o algo así. Allí Pavese contrasta al artista siempre adolescente con aquel que llega a la madurez y va moldeando su obra. Dos paradigmas serían el gran Goethe y Rimbaud. Estos últimos días estuve un tanto en crisis, ya lo he mencionado en los apuntes anteriores a éste. Me doy cuenta que esta crisis tiene que ver precisamente con esas dos actitudes que podemos tomar ante lo que ocurre a nuestro alrededor y ante lo que ocurre con nosotros mismos, dentro de nosotros: tomarse las cosas con calma o tomárselas a lo malo. No puedo estar en todos los lugares, no puedo tener la respuesta a todos los enigmas, no puedo hacer todos mis deseos realidad. Y madurar, supongo que tiene que ver precisamente con aceptar la distancia que hay entre la realidad y el deseo. En el proceso de individuación adolescente lo normal es la rebeldía, la urgencia (queremos todo y todo para ya, para ahora mismo). Pero a mis prontos 41, (no tengo rollo en decir mi edad, esto no es un concurso de juventud y belleza), ya está claro que la distancia entre la realidad y el deseo es algo insoslayable. Y en realidad no me quejo, junto a los dolores más hondos siempre ha terminado floreciendo el placer, la alegría, los momentos de paz. Soy afortunada en mi terquedad, me dedico a algo que me motiva enormemente, ser una curiosa sin remedio. Que eso se haya canalizado hacia la literatura, no es precisamente sacarse la lotería, pero te da también el acceso a tantas cosas interesantes, hondas, maravillosas. Y mi mundo, afortunadamente, tampoco se cierra en lo exclusivamente literario. Hay una amplia gama de otros intereses que me motivan para tratar de entender el mundo que me rodea, para tratar de entender de dónde viene, hacia dónde parece que va. Es fregadísimo eso de que las cosas materiales no halles cómo cubrirlas, pero cubrirlas tampoco hace a nadie feliz. Debo seguir buscando un modo de equilibrar las cosas, de vincular los bienes del intelecto y la creatividad con el mundo material. Eso me parece obvio. Por lo pronto, le sigo la pista a mi archivo en la computadora de "Movimientos financieros", sigo regañándome por mi dificultad para organizar mejor mi presupuesto y sobre todo aprendo cada día a tomarme con más calma los infinitos azares que no dependen de mí que a diario me fastidian un poco: vivir en una ciudad colapsada por completo, tener unas entradas económicas tan magras, no terminar de entender la lógica mental de mis conciudadanos, que es a veces tan irresponsable y grosera, etc, etc. Eso me desquicia mucho. El atropello gratuito sobre todo. El que sea tan frecuente que te afecte la irresponsabilidad de personas de las que dependen un montón de cosas que te afectan. Esta mañana estuve a punto de irme de una jornada de reflexión sobre estética a la que he asistido los últimos días. Luego de estar más de media hora esperando el inicio de las actividades por sobre la hora pautada, me senté en la sala y una adolescente no muy amable me dijo que tenía que salirme porque los ponentes no habían llegado aún. Entonces te dicen que no hay que ser tan cartesiano, que hay imponderables,etc. El problema es que en este país siempre hay imponderables, y por eso siempre seremos un país "en vías de desarrollo", pero que jamás madurara, jamás va a desarrollarse. Porque como dijo el viejo Sartre: "Mi libertad termina donde empieza la de los demás", es decir, si lo que yo hago afecta a terceros, tengo que actuar de manera que friegue a los demás lo menos posible. Eso sería lo lógico. Así se construyen las sociedades productivas. Pero como dijo José Ignacio Cabrujas alguna vez: esta no es una sociedad de constructores sino una sociedad de demoledores. En fin, no puedo cambiar el mundo, no puedo cambiar la vida, así que me toca ser un poco más tolerante, entre otras cosas. Construirme una paciencia a pruebas de balas. Aceptar que las cosas son así y punto. Coño, creo que finalmente estoy madurando.

mayo 11, 2007