viernes, 29 de junio de 2007

El genio del lugar

Dentro del marco de la XVI Feria Iberoamericana de Arte de Caracas (FIA), que se realiza actualmente en el Hotel Tamanaco Intercontinental, hay dos exposiciones paralelas, una en la sede de la Fundación Provincial, Av. Principal de La Castellana, El V Encuentro Iberoamericano de Fotografía, y el X Salón Cantv Jóvenes con FIA, en la sede del Centro Cultural Corp Group, frente a la plaza La Castellana. El V Encuentro Iberoamericano de Fotografía, titulado “Caracas: El genio del lugar”, se inauguró el domingo 24 de junio, bajo la curaduría de Hannia Gómez, Museografía de Alberto Asprino y Gilberto Carauta y la curaduría literaria de Isabella Santander. En esta exposición el espectador encontrará un interesante diálogo de formatos. Por una parte, pueden verse un conjunto de pinturas de maestros paisajistas venezolanos, o de maestros que hicieron del país su lugar de trabajo, los cuales representaron diversos espacios de parroquias caraqueñas y zonas aledañas, como el litoral central, cuando Caracas era todavía la ciudad de los techos rojos. En la exposición hay desde formatos muy pequeños, unos uveros de Macuto pintados por Tomás Golding, hasta formatos medianos que representan espacios mucho más amplios, un paraje de Los Chorros, o espacios ya más vastos, como los cuadros que representaban al Ávila desde alguna zona específica de Caracas. Esos cuadros que a uno siempre le recuerdan a Cabré. Quien, por supuesto es uno de los maestros que pueden verse en la exposición, junto a Pedro Ángel González, Francisco Fernández, Alberto Egea López, Ferdinad Bellerman, Antonio Monsanto, Eduardo Schlageter, Rafael Monasterios, Pablo Benavides, Rafael Ramón González, Raúl Moleiro, Armando Lira, Marcos Castillo, Jesús María de De las Casas, Juan Fabbiani, César Prieto y el ya mencionado, Tomás Golding. Así también, en una pantalla, pueden verse reproducciones de obras de otros maestros: Armando Reverón, Carlos Otero, Tito Salas, Elisa Elvira Zuloaga, entre otros.
Dialogando con estos maestros de la pintura, encontramos fotografías digitales de Nelson Garrido, de los mismos espacios representados en los cuadros, tal como ellos se encuentran en la actualidad. No poca poesía hay tanto en uno u otro formato, lo que eran trazos difusos en los pintores, que salieron del taller a pintar directamente el paisaje, y mostraron más que la realidad, lo que esa realidad despertaba en el observador, en algunas de las fotografías de Garrido, a través del ángulo o el encuadre, el fotógrafo nos entrega esa belleza oculta que nos rodea. Tal es el caso, por ejemplo de la foto de Los Caobos, de Gamboa, el Country Club, El ancón de La Vega, la Costanera Oeste y la Costanera Este. En otros casos, las fotografías de Garrido son una imagen documental que deja patente las grandes transformaciones que ha sufrido la ciudad en el último siglo, muy especialmente en los espacios donde hoy se asientan muchos de nuestros barrios populares.
En el centro de la sala, en un mapa de Caracas y sus alrededores, se destacan donde están ubicados los lugares, las parroquias representadas. No hay retratos en la exposición, no hay rostros, pero uno como espectador no los echa de menos, porque tal como lo indica el título al entrar, se trata de conectarnos con el genio del lugar que nos ofrece cada cuadro, cada foto, se trata de recuperar esa alma de la ciudad que está allí, oculta, y que nos pertenece. Esa alma se le atribuyó en tiempos antiguos al dios Pan, por ello una pequeña escultura del dios se encuentra al entrar a la sala. Al construir un espacio era bueno hacerlo de acuerdo con ese genio del lugar. Otro diálogo nos propone la curaduría en el montaje de la exposición: breves textos literarios, narrativos y poéticos, acompañan los cuadros y las fotografías, mientras la luz que entra por los ventanales, a un costado de la sala, también contribuye a dar atmósfera, a esta bella exposición que será exhibida hasta el 20 de julio. La sala está servida.

Caracas, 26 de junio de 2007

Poemas de Guillermo Sucre

Considero a Guillermo Sucre uno de los mejores y mayores ensayistas venezolanos, pero también un excelente poeta que ya las nuevas generaciones no conocen. En mi ya lejana adolescencia fue uno de mis poetas de cabecera y deseo compartir con los posibles visitantes de esta página algunos de sus textos poéticos, los cuales han vuelto a caer en mis manos en estos días, por uno de esos azares gaveteros. Empiezas a revisar el armario buscando otra cosa y te encuentras o reencuentras sorpresas.

Caracas, 29 de junio de 2007


TELEMACO

Había recorrido esta ciudad bajo otro cielo
Lo abrumaba la inocencia
Su rostro era lo desconocido
Respiraba en las calles un perfume insolente
El espejo detrás del deseo
El trato con la tristeza lo torno rebelde
No vivía en el desamparo sino en la soledad
Todo viaje lo extraviaba
Ese sol que gira en las noches
Quién ardía detrás de su fuego
Ningún rostro ningún nombre
Sólo el origen el lenguaje de la muerte
Así vio quemarse todos sus sueños
"Padre, estas cenizas"


ASI FUERON REPARTIDOS

Lo pulieron todo
se estremecían de sólo oler la desgracia
ponían granos de sal en la página
herida
navegaban en la historia haciendo vela
de cualquier viento
ninguno de éstos fuimos
lo inexorable fue que no fuimos inexorables
los dioses nos olvidaron hasta en sus
rayos luctuosos
consumimos varios soles raspando una sola
palabra
para sacarle fuego

&&&

Donde los demás no ven
se detiene la mirada que soy.
Sin ilusión, sin presunción.
Dejo el misterio como carnada
de peces de otro mar sagrado
que nunca fue mi reino.
Pierdo fondo, es verdad.
Hace agua la conciencia.
Y lo que digo es cosa de empezar
a decirlo de nuevo.
Cosa de nunca acabar.
Sufro la hipnosis, la refracción,
la dilatación
que otra mirada que ya no soy.
Y de este espejismo surge acaso
mi lenguaje,
el que nadie
sabe al menos que construyo
con desdén.

&&&

Con rostros iguales no llegaremos
al citado paraje
algo brota ya de tu mirada
pájaro que estremece la selva
donde me refugio
al atardecer
y me devoro

&&&

EN TU CLARIDAD

Entre tanto el cielo amanece
El día hace equilibrio sobre el mundo
Como si apartaras un espeso ramaje
Abres los ojos con que irradias
En su relámpago sostenido
El confuso desamparo del sueño
se desvanece
Prende en ti la claridad así te haces más
solitaria