martes, 22 de junio de 2010

Darío Lancini

Se nos fue Darío Lancini

En esta semana aciaga que acaba de pasar murieron el premio nobel José Saramago; el poeta, gestor cultural y político José Ramón Medina; el escritor mexicano Carlos Monsivais; y el sábado, de madrugada, después de una prolongada dolencia respiratoria, murió el poeta lúdico, el poeta de los palíndromos, Darío Lancini (1932). Darío fue integrante del grupo Tabla Redonda, que se reunió a finales de la dećada del 50 del siglo XX, junto a Rafael Cadenas y Manuel caballero, entre otros. Poeta viajero, cordialísimo, su afable humor, que curiosamente, no aparece en las fotos, lo hacían una persona de gratísimo trato. Lo recuerdo, tres años atrás, cuando me reuní con algunos amigos y amigas, para compartir mi antología editada por Monte Ávila, Lugares olvidados, leyendo varios de mis poemas. Su compañera de varias década, la escritora, Antonieta Madrid, había tenido la gentileza de escribir el prólogo. Yo les había pedido a quienes me acompañaban que leyeran ellos mis poemas, para escucharlos en otras voces. Unos dos o tres años antes, me había reunido con Antonieta y Darío, en el Centro Cultural Trasnocho, para conversar precisamente, sobre la escritura del prólogo. Los encontré en una mesa del Soma café riéndose juntos, de no sé qué ocurrencia, luego de más de tres décadas juntos. En los últimos meses, sólo recuerdo un hilo de voz, en algún momento que llamé para saludarlos. Dejó aquí, lo que nos queda de Darío, además de su memoria, sus textos. Reproduzco primero una carta que le escribiera Julio Cortázar, otro gran poeta lúdico, luego de leer sus palíndromos:




París, 13/3/77


Amigo Darío Lancini, acabo de recibir por Sergio Pitol su maravilloso OIRADARIO. Gracias, muchas gracias por estas horas fascinantes que he pasado con su libro, un libro interminable porque se vuelve a él una y otra vez, a solas y con los amigos, en plena calle, en pleno sueño.

Me ha hecho usted un regalo que no olvidaré nunca. Al mostrarnos así las dos caras del espejo, nos enriquece en poesía, nos entraña aún más en el vértigo de la palabra. Gracias,

Con un abrazo,

su amigo,


JULIO CORTÁZAR


Poemas de Darío Lancini:


AVES

Oro coge Ícaro.
Llama, ora.
Cien aves se van
e Ícaro ama.
Llora, ciego coro.
Se va.


Un fragmento de su Oda de adiós a los dioses griegos:


ODA

¡Mirad! Océanos reputados parecen,
amada, rimar.

Oh Azul...
¡A la mar!¡Redes a la roda!
No remó.
Habla la sibila: "Dios, a remar
se van..., se van.
Átropos sola los soporta.
Son ruidosos, Ulises, oíd sus naves.
Se van.
Oíd a la pleamar.
Brama la ola famosa.
Ramera, ramera ególatra, pasan eras
al Evo.
No remó.
¡Hay epopeya! ¡Hay orto! Y Acaya da
ídolos.
Naves..., naves.
Ramera soez, a la sacra Palas oíd.
¡A reír! Yo sin oído viví de reír.
A remar.
Al asirio cráneo sin oído sus orejas
Apolo sanó.
Ilíada... De los áloes ídolo serías.
Amor azul... Se van. Sus aras Apolo pasa".
LA NOCHE
Se van...Se derrama la mar.
Brioso Dionisos, ¿Ulises era ídolo?
Pasan eras al ocaso y el río las une.


DARÍO LANCINI


Como se ve en esta brevísima muestra Darío Lancini fue un apasionado del mundo clásico griego y sus mitos, es tema reiterado en sus textos. Hasta siempre Darío.