viernes, 7 de agosto de 2009



MUÑECAS ROTAS

A Marisela De Abreu

Hemos dejado de sonreír,
me dice una amiga.
Es cierto, digo, cada vez
Nos cuesta más
.

Es honda la noche
Y no sabemos cuán larga va a ser.

Ahora yacemos en un oscuro rincón.


Agosto 29, 2002


Beatriz Alicia García

CARACAS


SOBRETODO O SOBRENADA/CARACAS MORTAL

Son más de dos semanas sin pasar por aquí, sin dejar mis lecturas o desconciertos en este espacio. No encuentro comentarios ya hace más de un mes, pero yo nunca escribí por comentarios. Escribo porque me hace bien, porque tal vez es el único vicio que me queda, supongo. Son muchos, realmente, los desconciertos que mi ciudad, Caracas, me produce. Caracas es inagotable, caprichosa, disociada, hambrienta. A veces parece que fuese a engullirte, a veces parece arroparte. Hace algunos días visité en el Paseo Las Mercedes una instalación con los poemas de Claudia Noguera Penso, acompañados de las ilustraciones de Yvoly Noguera. Es interesante que la poesía también pueda verse y leerse en el nivel PP de un hotel capitalino. Me alegra encontrar una poeta de mi generación, con quien compartí el taller de poesía del Celarg, por allá a finales de los ochenta, unos versos que también son urbanos y humanos, unos versos que buscan descifrar a Caracas, desnudarla. En ellos hay cierta inmediatez, cierta premura, cierta atmósfera de vida o muerte. Algo de esa velocidad que tiene la voz misma de Claudia cuando te la topas en algún vernisage. Algo de esa Caracas que parece arrastrarte en alguna acera, en algun atasco de automóviles, alguna movida nocturna. Pero también hay mucho de nostalgia, nostalgia por esa Caracas quizá un tanto frívola, excesiva, despreocupada, de los 80's. Esta aprehensión de la ciudad esta acompañada por un discurso amoroso de fondo, que le da a su visión otra perspectiva, la humana, intersubjetiva, en la que el afecto, el sentimiento amoroso, se entrelazan con los colores, los sonidos, del transitar citadino. Transcribo, entonces, algunos de los textos de Claudia, los siguientes poemas pertenecen a “Sobretodo o sobrenada/Caracas mortal”, los tuve que segmentar en distintas entradas porque si los posteo juntos blogger no respeta los espacios entre estrofas :









En medio de la ciudad respiro profunda-
mente, hundo mi existencia,
acabo con las horas de tedio.
La ciudad engulle y vomita su cotidianidad
para que vayamos
acostumbrándonos a lo que viene, solo
espero en el fondo, donde
estoy, un ademán que me salve del pantano
qu eme está comiendo
los pies.
El ruido de tu voz me arrastra mientras
espero que me devuelva esa
palabra, la que indefectiblemente me man-
tiene girando en tu centro.
Esta no es una capital. No es una ciudad.
No es un pueblo. Es solo una
Caracas mortal en medio de cualquier cosa
qu eno entendemos, que
nos desconcierta hasta la rabia.
Es sal sobre la herida.
Es sentirse en medio de la nada con un
alarido atrapado en la garganta.
Ayer rodé por la ciudad, se sentía el olor a
piña, lechoza, mango,
guayaba.
a verdura fresca.
A sol y verdes de todos los tonos.
Esta ciudad, inevitablemente nos abraza y anuda.
Ejerce su derecho de pertenencia.
Todos los muertos que conozco, a
excepción de dos, están en esta
ciudad. Algunos están enterrados, otra
esparcida en la montaña, los
demás enmarcados, algunos siempre
jóvenes, otros ya no tanto, es
otra manera que tiene la ciudad de
mantenernos cruelmente dentro
de sus límites.

Me paro en una esquina solo para verte
cruzar, llegar de otro punto
de la ciudad y pasar sin verme.
La ciudad tiene su maldad y la ejerce:

nos deja solitarios e invisibles con la mano extendida.
Necesito una ciudad menos amarga
que deje de golpearme en los costados.