martes, 23 de diciembre de 2008

Un año de buena cosecha




2008 ha sido un año realmente excepcional en cuanto a la actividad editorial venezolana. Editoriales públicas y privadas han puesto en manos de los lectores muy buenos títulos, de diversos géneros (poesía, novela, cuento, crónica, textos biográficos y autobiográficos), de escritores de distintas generaciones. Es casi imposible hacer una semblanza por títulos y autores. Algunos autores inclusive han visto más de un título en la calle. Por mi parte, si bien no pude ver editado mi libro de poemas "Postales sin destino", en proceso de edición, ni mi libro de ensayos "Pruebas de artista", que lleva más de dos años en busca de editor, puedo dar cuenta de la aparición de textos de mi autoría en cuatro antologías, dos venezolanas y dos mexicanas: Un texto que leí sobre Elisabeth Schön, en el VIII Encuentro Internacional de Escritoras, realizado en abril de este año en Caracas, fue incluido en una edición realizada por las amigas de la Asociación de Escritores de Mérida. Mi agradecimiento a Mireya Krispín y Marial Lazzaro, quienes además me enviaron un ejemplar del libro. La profesora y poeta Gina Saraceni me incluyó también en su antología de poetas venezolanos nacidos entre 1960-1980, edición de la editorial Equinoccio de la Universidad Simón Bolívar. Igualmente fui incluida en la antología poética "La mujer rota" editada en México, y en una antología de poesía erótica escrita por mujeres de habla hispana, editada por unas amigas de Chiapas, México. Por otra parte, celebro profundamente el nuevo despertar de los poetas caraqueños, quienes nuevamente han vuelto a organizar actividades públicas, después de un largo paréntesis en años anteriores. Mi agradecimiento en particular a María Teresa Ogliastri y Alexis Romero por sus bellos homenajes poéticos realizados en la Casa de la Cultura de Chacao y a las chicas de La Parada Poética, Aymara Lorenzo y Georgiana (cuyo apellido no recuerdo en este momento), quienes también organizaron dos gratísimos encuentros de poesía. Gracias a todos mis amigos poetas, que de un modo u otro, me han permitido seguir encontrando un espacio para la poesía en medio del caos, un espacio para la poesía en medio de la incertidumbre, un espacio para la poesía cuando la tristeza y el dolor asoman. Un abrazo para todos. No puedo dejar de mencionar el profundo dolor que a tantos amigos y a mí misma nos ha ocasionado la partida de dos queridos escritores y poetas venezolanos: Adriano González León y Eugenio Montejo, ellos y su poesía siempre estarán en nuestros corazones.