viernes, 7 de marzo de 2014

Poemas de Leopoldo María Panero





Ha muerto Leopoldo María Panero (Madrid, 16 de junio de 1948-Las Palmas de Gran Canaria, 5 de marzo de 2014). 

Poeta, traductor, ensayista y narrador. Panero perteneció a una estirpe de poetas: su padre, fue el poeta Leopoldo Panero (1909-1962), su hermano, el también poeta, Juan Luis Panero (1942-2013), y sobrino del poeta, Juan Panero. De joven, su militancia antifranquista le llevó a prisión. Estudió Filosofia y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y Filología Francesa en la Universidad de Barcelona. Desde muy joven también se inició su vínculo con el alcohol y las drogas. José María Castellet lo incluyó en su antología de "Novísimos", aunque el poeta en sí mismo no se sentía miembro del grupo. Ya en la década del setenta se inician sus reclusiones en hospitales psiquiátricos. En la década del ochenta y hasta su muerte su reclusión se hace permanente, pero no deja de escribir. Comparto una selección de textos de Leopoldo María Panero:


A CLAUDIO RODRÍGUEZ...

A Claudio Rodríguez, recordando el día en que, con un
cigarrillo temblándole en los labios, me dijo, en el Drugstore
de Fuencarral, «a esta gente hay que ganarla».

Aun cuando tejí mi armadura de acero
el terror en mis ojos muertos.
Aun cuando con mano blanca y nula
hice de silencio tus orines
y la nieve cae aún sobre mi cuerpo
pese a ello se impone un silencio aún más hondo
a los clavos que habían horadado mi cráneo:
aun cuando sean huesos quizá lo que no tiembla
aun cuando el musgo concluye mi pecho¹
el terror remueve las cuencas vacías.

BLANCANIEVES SE DESPIDE DE LOS SIETE ENANOS
Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra sólo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Os echaré de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno tras otro los árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos.


ÉRASE UNA VEZ

Cuentan que la Bella Durmiente
nunca despertó de su sueño.

LA CUÁDRUPLE FORMA DE LA NADA

Yo he sabido ver el misterio del verso
que es el misterio de lo que a sí mismo nombra
el anzuelo hecho de la nada
prometido al pez del tiempo
cuya boca sin dientes muestra  el origen del poema
en la nada que flota antes de la palabra
y que es distinta a la nada que el poema canta
y también a esa nada en que expira el poema:
tres son pues las formas de la nada
parecidas a cerdos bailando en torno del poema
junto a la casa que el viento ha derrumbado
y ay del que dijo una es la nada
frente a la casa que el viento ha derrumbado:
porque los lobos persiguen el amanecer de las formas
ese amanecer que recuerda a la nada;
triple es la nada y triple es el poema
imaginación escrita y lectura
y páginas que caen alabando a la nada
la nada que no es vacío sino amplitud de palabras
peces shakespearianos que boquean en la playa
esperando allí entre las ruinas del mundo
al señor con yelmo y con espada
al señor sin fruto de la nada.
Testigo es su cadáver aquí donde boquea el poema
de que nada se ha escrito ni se escribió nunca
y ésta es la cuádruple forma de la nada.




 Leopoldo María Panero

miércoles, 5 de marzo de 2014

Poemas de Miyó Vestrini




CIERTAS JORNADAS SE HACEN LARGAS

Ciertas jornadas se hacen largas.
                                                           Nadie pregunta cómo las paso.
El rostro de los agresores
                                               se mezcla
                                                           con el de los agredidos.
No se sabe
                        cuántos sobreviven
                                                           a la masacre.

LOS PAREDONES DE PRIMAVERA

No enseñaré a mi hijo a trabajar la tierra
ni a oler la espiga
ni a cantar himnos.
Sabrá que no hay arroyos cristalinos
ni agua clara que beber.
Su mundo será de aguaceros infernales
y planicies oscuras.

De gritos y gemidos.
De sequedad en los ojos y la garganta
de martirizados cuerpos que ya no podrán verlo ni oírlo.
Sabrá que no es bueno oír las voces de quienes exaltan el color del cielo.

Lo llevaré a Hiroshima. A Seveso. A Dachau.
Su piel caerá pedazo a pedazo frente al horror
y escuchará con pena el pájaro que canta,

                                   la risa de los soldados
                                   los escuadrones de la muerte
                                   los paredones en primavera

Tendrá a memoria que no tuvimos
                                   y creerá en la violencia

                                   de los que no creen en nada.


Miyó Vestrini


Seudónimo de Marie-Jose Fauvelles. Periodista y poeta venezolana (1938-1991). Estuvo vinculada al grupo Apocalipsis de Maracaibo (1958). Dirigió la página de Arte de El Nacional y la revista cultural Criticarte. Los poemas que he copiado pertenecen a su libro "Pocas virtudes" (1986). En 1991 se suicidó.