viernes, 12 de diciembre de 2008

Vecinos 1: Nana Rodríguez (Colombia)

En este nuevo espacio "Vecinos" colocaré poemas o textos de autores y autoras de los países vecinos de Venezuela, de los que a veces parecemos no ocuparnos mucho en nuestros blogs, como nos pasa a veces con nuestros vecinos del edificio o de la urbanización. Iniciaré este espacio con algunos de los minicuentos de una amiga colombiana: Nana Rodríguez. Ella estuvo una temporada en Venezuela hace algunos años en una residencia "creativa". Este género (el minicuento), si es que puede llamarse género, me gusta por su hibridez, su carácter reflexivo, su ironía, su forma de dialogar con la narración, la poesía, el aforismo, el ensayo, la crónica periodística, la fábula. Si tienes algo que compartir sobre el minicuento o sobre los textos de Nana, deja tu comentario, que con gusto lo publicaré:
La ruptura
La imaginación, acostumbrada a atravesar los muros, un día se encontró con el conocimiento que venái en muletas y le dijo:
-¿Coleccionista de verdades, qué va a ser de ti, cuando esas verdades se te escapen como colas de lagarto entre los dedos y te quedes con la piel seca y otro animal se te aparezca en el horizonte y quiera atraparlo?
El conocimiento silencioso y masticando su última verdad, extendió su mano para colgarse de los vestidos transparentes de la imaginación, quien con una gran zancada lo arrastró hacia un cubo llamado cuarta dimensión.
El conocimiento aturdido y con un gran hematoma en la cabeza, flotaba, sin necesidad de apoyarse en las muletas.
Poesía y ciencia
Mientras el emperador Adriano mira con dolor cómo su favorito Antínoo, fulgura como estrella en el firmamento, en otro lugar, un astrónomo observa la misma estrella como el pasado remoto de una supernova.
Ansias
Si a un personaje de Cortázar se le ocurre de vez en cuando, vomitar una peluza tibia y húmeda llamada conejito, conozco a una mujer que siente ansias y vomita continuamente bolas de papel pegajoso y caliente, las deja enfriar, las abre y salta de inmediato un enjambre de palabras alocadas que deambulan por el aire azul de su pequeño apartamento.
Caja china
El escritor engolosinado con el tratado de estructuras narrativas, se enamoró de la llamada caja china. El cuento inicial le resultó tan infinito qu enunca pudo hallarle un final. Se hundió en un abismo narrativo que lo persigue sin cesar.
El único alivio son sus encuentros fortuitos con Scherezada que se lo come a cuentos, hasta que de nuevo la aurora los sorprende...
La divina comedia
La bella Beatriz, al enterarse que El Dante se aprestaba a escribir su obra monumental, decide venir a la tierra, lo toma de la mano y lo conduce al lecho para que allí mismo conozca la espera del limbo, los encantos del infiernos y la inefable luz que conduce al paraíso.
Minificción
Alicia, sentada frente al computador, oprime el mouse, aparece el espejo y ya no tiene que atravesarlo, pues la realidad virtual está en la yema de sus dedos. Busca ansiosa a Zanco Panco, a la reina, al unicornio y al león. Alicia extraña el olor de las flores vivas. Desilusionada sale del programa, cruza la habitación, se acerca a la chimenea y con un brinco en el corazón, se sumerge totalmente en el espejo.
Nana Rodríguez. Nació en Tunja, donde sigue viviendo en la actualidad. Es poeta y narradora. Ha realizado estudios en Sicología y Filosofía, Literatura y Semiótica en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Ha trabajado en Teatro, docencia universitaria y producción de videos.

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