Desde el jueves 30 de abril la plaza Altamira, muy cercana a mi casa, se llenó de libros, escritores, músicos y entusiastas lectores, con la inauguración del 7º Festival de Lectura Chacao. Ha sido una fiesta para el espíritu que no para. Hemos escuchado y aplaudido escritores locales de distintas edades y géneros, algunos de ellos presentaron nuevos títulos en la Feria. También pudimos escuchar algunos invitados extranjeros, con ese entusiasmo y apertura que nos caracteriza. Entre ellos el escritor y traductor estadounidense Christopher Merrill (1957), director del Programa Internacional de Escritura de Iowa, al que han asistido varias generaciones de escritores venezolanos como Antonieta Madrid en la década del sesenta, Arturo Gutiérrez Plaza en 1997 o en años más recientes Natasha Tiniacos. Merrill es egresado de la Universidad de Washington, ha publicado cuatro libros de Poesía: Libro de trabajo (1988), Las fiebres y las mareas (1989), Reloj de fuego (1995) y Agua brillante (2001).
El miércoles 6 de mayo Christopher Merrill estuvo en el 7º Festival de Lectura Chacao, junto al poeta venezolano Igor Barreto (Venezuela, 1952). Y a pesar de que Merrill no habla español y Barreto no habla inglés, pudieron entenderse con el apoyo de una traductora. Merrill leyó y comentó algunos poemas de Igor Barreto y el poeta venezolano a su vez leyó y comentó algunos poemas de Merrill. Fue un grato encuentro entre ellos y quienes los escuchamos. Tuve la oportunidad luego de conversar brevemente con el poeta, con la ayuda de los jóvenes poetas Oriette D' Angelo y José Delpino, entre la emoción y mi mal inglés, fueron pocas las palabras que pude articular en la lengua del Tío Sam. Merrill es una persona muy cálida y cordial. Es encantador. Quisiera compartir entonces algunos de los poemas que fueron leídos esa tarde.
Poemas de Christopher Merrill
First grapes, then songbirds, then the leopard sleeping
In the tree above the newlyweds’ Land Rover.
He dreams of wildebeests. She lies awake
Until first light, when it begins again –
The yearning, the singing. The leopard licks the cub
Of the baboon it ate for dinner. Sweetness,
Like hunger, is demanding, and desire
Is ravenous for light as well as flesh.
It’s a matter of arithmetic:
One glass of red, one glass of white, and then
A washing machine –O broken beauty!– floods
The Serengueti Plain. A turboprop
Plummets toward the canyon in which the guerrillas
Plotting to kidnap a priest toast the pilot.
The groom stirs in his sleep. Sweet dreams, she tells him.
Primero uvas, luego
aves cantoras y un leopardo que duerme
En la rama de un
árbol arriba del Land Rover de los recién casados.
Él sueña con
antílopes. Ella yace despierta
Hasta que despunta el
alba y recomienza:
El deseo, los cantos.
El leopardo lame la cría
Del mandril que le
sirvió de cena. La dulzura, como el hambre,
Es exigencia y el
deseo
Voracidad de carne y
luz.
Es aritmético:
Una copa de tinto,
una de blanco y luego
La máquina lavadora
se desborda -¡oh, belleza herida! –
En la planicie del
Serengueti. Un turbohélice
Se desploma en el
acantilado en el que la guerrilla
Confabula para
secuestrar a un sacerdote y calcina al piloto.
El novio se agita en
la cama. Ella dice: “Dulces sueños”.
(Traducción al español Fanny del Río)
The Window
The paint sealing the window turned to dust
Before they tried to open it. No luck.
And no one ever looked outside again.
The files were loaded on a boat, the militia
Cordoned off the square, the weatherman
Predicted forty days and nights of rain.
Thank God the window wouldn’t open.
Ventana
La pintura que
sellaba la ventana se hizo polvo
Antes de que alguien
intentara abrirla. No hubo suerte.
Y nadie nunca volvió
a mirar hacia afuera.
Cargaron los archivos
en un barco, la milicia
Acordonó la plaza, el
meteorólogo
Pronosticó cuarenta
días de lluvia con sus noches.
Gracias a Dios la
ventana no abría.
(Traducción al español Fanny del Río)
Textos cortesía de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela
Textos de Igor Barreto
Capillas imperfectas
A Custodio Martínez
lo arrancamos de las fauces de un caimán. Eso ocurrió en El Panchero cuyas
aguas lodosas desembocan en otro caño de nombre Guafita. Vadeando el cauce al
llegar al cantil ribereño el caimán lo agarró por las piernas. Vi al pobre
sacar apenas una mano, y luego emerger la enorme trompa del reptil sacudiendo
su presa para desgarrarla. Era un caimán de cinco varas de largo y musgosa
coraza amarilla. En el hervor de las aguas lo soltó. A Custodio Martínez lo
trasladamos en un chinchorro, dormía bajo el sol y llevaba un hilo de sangre
surcando el lóbulo de la oreja. Antes de morir se levantó como si nada hubiese
ocurrido, tomó un papel y escribió este poema:
Una barca con sus
bogas,
con ornamentos
dorados.
Y una serpiente
bebiendo
lo que resta del
verano.
*
Francisco Hidalgo
pastoreaba cien novillos blancos por los desfiladeros abismales de Río Frío, en
la selva de San Camilo. La yegua que montaba era cansona, así que tuvo que
apearse y caminar tras la bestia que se puso a ramonear unos yerbajos. Molesto
le propinó una sonora nalgada y la yegua lo pateó en el estómago lanzándolo por
el barranco a las aguas turbulentas. No se supo más y en los bolsones de su
montura hallaron este poema:
Las reses cruzan el
río.
¡Tanto calor en la
noche!
y aquel fulgor
encendido
en unas casas
distantes.
*
Reinaldo Durán,
magnífico pintor de letras, y Saúl Ordoñez, dueño de un bar en la población de
Arauca, se enviajaron a los cerros azules de Araguayuna. Les habían dicho que
al llover con el agua bajaban desde las altas neblinas grandes arenales, y
bastaba meter la mano en un arroyo para encontrar unas lágrimas doradas.
Llevaron con ellos a una Mujer de la Vida (Ramona Contreras) para lavar y
cocinar. ¡Qué infeliz destino!: a Reinaldo Durán lo mordió una serpiente y
murió tras dos días de fiebre, y a Saúl, quién sabe qué fiera daría con su mala
suerte. Solo la mujer fregando unos cacharros halló un diamante. Reinaldo
Durán, en su delirio, atinó a decir este poema que Ramona asegura jamás
olvidará:
El presente
desconcierta
porque Dios solo es
futuro.
¿Qué falta habré
cometido?
contra las claras
esencias.
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