domingo, 22 de febrero de 2015

Poemas de Alejandro Rodríguez






Han transcurrido poco más de dos meses desde la última vez que estuve por aquí compartiendo alguna lectura poética o evento. Las urgencias cotidianas me han apartado de la Poesía, las preocupaciones. La lectura de Poesía o su escritura me piden un tempo que no he tenido en las últimas semanas. Hoy me he parado en la madrugada buscando ese sosiego y he tomado nuevamente en mis manos "Oración errante", el primer libro de poemas de Alejandro Rodríguez, un joven abogado, acucioso lector, que escribe poemas en este valle olvidado de los dioses. Conocí a Alejandro en los espacios de la Biblioteca de Los Palos Grandes, donde dicté un curso sobre poetas venezolanos, en el cual se inscribió. ¿Hace un par de años? Desde entonces no he tenido la oportunidad de volver a dar cursos sobre Poesía, lo que no deja de entristecerme. Lo recuerdo como un alumno muy atento, en el doble significado que esta palabra tiene, como alguien que prestaba atención, pero también como alguien muy educado y cordial. A través del Facebook, que es muy chismoso, he podido ver que comparte excelentes lecturas de Poesía. En la librería Lugar Común pude comprar el libro del que compartiré algunos poemas "Oración errante" mientras Alejandro estaba por allí, por lo que pudo firmármelo, con una cordial dedicatoria, ya lo he dicho, es una persona muy cordial. Tiempo después me invitó a la presentación de su segundo libro de poemas, pero infelizmente un compromiso previo me impidió asistir. Días atrás una joven estudiante de Letras me preguntó si tenía libros de Alejandro para vender, ya que estoy vendiendo algunos libros. Le dije que el que tenía, firmado por él, no estaba en venta. Fue entonces cuando pensé que debía volver a leer "Oración errante" y escribir algunas líneas, compartir en este blog abandonado a su suerte, algunos de sus poemas.

En "Oración errante" encontramos varios ejes temáticos que se reiteran: El Tiempo, como una noción  relativa de la que se tiene consciencia, en tanto transcurre, en tanto notamos su paso como ritmo, como tempo, nos dice el poeta en su texto "Paciencia": "A veces creemos/que por correr más rápido/va a llegar más rápido el siguiente día,/cuando la verdad es/que los días tienen su propio ritmo,/un paso constante     inalterable/    definitivo". Lo temporal en su poesía no tiene que ver con el pasado o por lo menos no de manera expresa, no va hacia lejanos días, la infancia, por ejemplo, o hacia otras épocas históricas. A lo más va hacia un tiempo no demasiado lejano, para rememorar un amor perdido. La noción del Tiempo en sus poemas está más vinculada a un transcurrir actual o una noción quizá más vinculada al sentimiento, como es el caso del poema que transcribiré "Tiempo y olvido", uno de los poemas más logrados del libro:

TIEMPO Y OLVIDO

¿Qué se hace con el tiempo
y el olvido,
si a veces ese tiempo
no cumple su promesa
de curarlo todo,
si a veces ese olvido
llega demasiado impuntual
o el tiempo no le alcanza
para llegar del todo?
           Pero nada puede hacerse,
aunque no se tenga control sobre su avance
el olvido siempre lleva su tiempo,
y ese tiempo jamás se olvidará
de seguir                    inexorable
transcurriendo.


La búsqueda del amor, que parece esquivo, es otro tema recurrente en "Oración errante". La ausencia de la persona amada, que vuelve una y otra vez en medio del insomnio, abarca buena parte del libro. Considero que la repetición de este tópico es quizá excesiva, lo que es frecuente en textos poéticos primerizos, en tanto que en varios poemas vuelve a repetirse de forma similar. No son quizá los textos más felices del conjunto.

Una línea temática interesante es la reflexión sobre la escritura en sí, que también va atravesando "Oración errante", en algunos textos la voz poética se dirige expresamente al lector, o sencillamente explora lo que implica el proceso de escritura, a través de la imagen y la imaginación. Comparto un par de ellos:


MERCADO

                                a Rafael Cadenas

El poeta hace mercado,
¿cuál es la dieta del poeta?
¿qué víveres compra
para escribir sus versos?

¿Qué pasillos recorre
para obtener los ingredientes
que le requiere el poema?

¿Cuáles palabras
se abstiene de comprar,
al darse cuenta de la cercanía
de su fecha de vencimiento?

¿Camina acaso por la sección de las galletas
o busca condimentos más amargos,
según la cesta de su ánimo?

El poeta hace mercado
y simplemente compra
lo verdaderamente esencial.
           Así es también su poesía.


REQUERIMIENTO

Sólo pido tener el tiempo suficiente
que me lleve derramar estas palabras
          en las páginas en blanco
que deban ocupar
para que comience su viaje,
seguir ejerciendo el apostolado,
dejar constancia de la oración errante,
del verso que es leído en el momento
en que es más necesario pronunciarlo   sin hacerlo.

El viaje precisamente es también un tópico que aparece en "Oración errante", Berlín se dibuja a través de la figura femenina. Cierro esta nota con uno de los poemas más hermosos y logrados en los que Alejandro Rodríguez describe a una muchacha que pasa en bicicleta:

MUCHACHA DE GÖTTINGEN

La brisa fresca
del comienzo del otoño
le iba acariciando su rostro preciso
de la más fina y pura porcelana,
y su cabello rubio
pasaba cerca para que soñara
que lo peinaba con mi mano
            entretanto flotaba
con un movimiento de la ola más cálida
producto de ese pedaleo sostenido
de aquella bicicleta suya
que la alejaba de mi lado;
            su cabello quizá tendrá el aroma
            de aquellas hojas secas que caían.

"Oración errante", primer libro de Alejandro Rodríguez nos ofrece versos reflexivos, la sólida  y sostenida búsqueda de una voz.  

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