Cuando pensamos en el escritor alemán, recientemente fallecido, Günter Grass (1927-2015), lo imaginamos principalmente como novelista y autor de El tambor de hojalata, la historia del niño que sufre los avatares de la Segunda Guerra Mundial, y deja de crecer a los tres años de edad, cuando su madre le regaló un tambor de hojalata. Pero Grass también fue dibujante y escultor
Y así también, escribió algunos poemas, en los cuales podemos encontrar una perspectiva que podríamos llamar escéptica, pero que a veces también tienen algo de humor o ironía. Comparto algunos de estos poemas y que el lector mismo saque sus propias conclusiones:
Interrogado
Tras la cólera acuñada en moneda grande o
pequeña
—ejemplo favorito al que se daba azúcar—,
después de tantos entonces y de dar la
voltereta
en una cuerda floja que, a ratos,
se tensaba—trabajo sin red—,
quiero ahora, quiero sin falta...
¿Cómo van las cosas? - Han ido peor a veces.
¿Tuviste suerte? - Sí, gracias al señuelo.
¿Y qué has hecho desde entonces?
Los libros dicen cómo se hubiera podido hacer
mejor.
Quiero decir, ¿qué hiciste tú?
Estuve en contra. Siempre estuve en contra.
¿Y fuiste culpable? - No. Porque no hice
nada.
¿Has aprendido lo que se podía aprender?
Sí. Con el puño aprendí qué era la goma.
¿Y tu esperanza? - Mintió al llamar verde al
desierto.
¿Y tu rabia? - Tintinea como el hielo en el
vaso.
¿La vergüenza? - Nos saludamos de lejos.
¿Tu gran plan? - Sólo la mitad compensa.
¿Te has olvidado ya? - Recientemente, de la
cabeza.
¿Y la Naturaleza? - A menudo paso en coche
por delante.
¿Los hombres? - Me gustan en el cine.
Están muriendo otra vez. - Sí, lo he leído...
¿Quién me enjabona? Mi espalda
me resulta tan lejana como... ¡No!...
No quiero usar más metáforas,
ni rumiar, ni contar sílabas
y esperar a que la bilis escriba.
¿Te sientes mejor ahora? - Las cosas tienen
mejor aspecto.
¿Más preguntas? - Pregunta lo que quieras.
Miedo súbito
Cuando en verano, con viento del Este,
se agita el polvo de septiembre y, en un
periódico tardío,
los editoriales rozan la mística,
cuando las Potencias quieren cambiar de cama
y, para controlarlos, pueden fabricar
abiertamente nuevos artefactos,
cuando los excursionistas acampan en torno al
fútbol
y la mirada juguetona de las naciones
refleja decisiones importantes,
cuando columnas de cifras obligan al sueño
y un enemigo camuflado resopla,
a través del sueno, arrastrándose sobre los
codos,
cuando en las conversaciones siempre la misma
palabra
permanece ambiguamente en reserva
y una cerillita se convierte en medio para un
Fin,
cuando al nadar de espaldas
se alza hacia el cielo el cielo sólo,
la gente asustada busca la orilla,
un miedo súbito flota en el aire.
Llama abierta
Una casa vacía a mis espaldas
y la certeza de calcetines puestos a secar;
fuera se esfuerzan tormentas de antiguo
conocidas.
Con pensamientos amiantados,
hurgar en brasas ajenas, luego en cenizas;
porque el lado caliente tiene razón.
Placeres y bonitas conversaciones
con la madera excitada y temerosa;
fácilmente me dejo convencer
Eso vegeta hasta que. Cierra,
cierra de una vez la puerta.
Dentro todo se hace real.
Las chimeneas antes habitadas
fueron ya abandonadas ayer.
Mañana, cabeza abajo, flotará el humo frío.
Poemas seleccionados de los libros
"Interrogado" de 1967; "Gleisdreieck. Triángulo de vías" de
1960; y "Las ventajas de las gallinas de viento" de 1956.
Estos textos fueron copiados con fines meramente divulgativos de la página:
http://www.letrasperdidas.galeon.com/consagrados/c_grass01.htm
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