lunes, 9 de junio de 2008

SILENCIOS


a Eugenio Montejo, inmemoriam


Una tarde silenciosa

es buena

para despedir a un poeta;

aunque en verdad no tenga

palabras apropiadas.


Nunca me ha pertenecido otro paisaje,

Eugenio, que las veloces autopistas,

que como exiliados en tierra extranjera

entran en mis sueños

en la duermevela.


Pero tus versos

acompañaron mi adolescencia caraqueña

con su terredad,

llenándola de árboles y pájaros,

de paisajes remotos y lejanos en el tiempo

que se me hicieron familiares.


Como quien entra en un cuento de hadas

entre de la mano de Mafer Palacios

en tu poema de la casa:

"En lo profundo del cuerpo de la mujer

se construye la casa,

entre murmullos y silencios"...

Yo que nunca he podido

hacer casa

en tu poema la casa se hacía.


Dioses olvidados

habitaban tus poemas

como Orfeo y su lira,

porque aún en tus versos

la música del idioma

encontraba su tono y su métrica.


En el viejo y humilde taller blanco

de tu padre

se amasaron versos junto al pan,

se templaba

la hondura de tus estrofas.


En este triste silencio

que te convoca,

los dioses sean propicios,

para que tu palabra y la mía

puedan diaogar,

en ese breve instante que es la vida,

en ese breve instante que es la muerte,

en este instante del adiós.



Beatriz Alicia García

1 comentario:

J. L. Maldonado dijo...

Un gran poeta sin duda alguna...

Por otra parte, te molesto para informarte que haré lectura del cuento VIDA DE VACA en Librería Sónica. La lectura de los blogs literarios la hacemos en el último corte del programa. Al aire el domingo 22 de junio.
Saludos...