I
¿Qué hago
con esta sed
esta inmensa sed
de silencio,
este océano
de no palabra
que me busca,
que me llama?
II
El reverso
del deseo
es esta sed
III
Esta sed
quiere
devorarme
es
llama
avivada
IV
Del otro lado
late
la llama,
la puerta cerrada
dice:
"vete"
-yo la cerré-.
La puerta cerrada
me reprocha
la cháchara vacía,
la banalidad
de mi voz
traidora.
V
La palabra
no oscurece
en el silencio,
se ilumina
en su origen,
para regresar,
blanca,
nueva,
más joven.
VI
¿Puedo
volver a buscar
la poesía
en esta sed?
¿Este hondo
silencio
es una señal?
¿Este desamparo?
¿Puedo
volver a arriesgarme
a perder
todo asidero,
a jugar
con la navaja?
Tengo miedo,
pero mi sed es mayor.
VIII
La mujer sola
con habitación propia
se lanza cuchillos
con los ojos vendados,
juega al circo,
a la trapecista
que ama el vacío,
a la domadora
de los leones
de su alma.
3 comentarios:
Hola Beatriz. Extraordinario poema este de Mujer con habitación propia. Para mí es un placer reencontrarte en este lugar tan fresco y devorado por la llama de la poesía. Te felicito.
Siempre me acuerdo de ti. Cada vez que veo Monseñor en Fotos, aparece tu imagen tipeando el texto en la oficina del CELARG. Agradables momentos y recuerdos. Saludos,
José Gregorio Bello Porras
Gracias por tu comentario José Gregorio. Lo que yo no sabía cuando trabajamos juntos era el estrecho vínculo que otrora habían tenido mi papá y tu tío, el padre Porras. Es decir, no sabía que eras su sobrino. Yo también recuerdo gratamente mi estadía en la coordinación de Publicaciones del Celarg. Armas Alfonzo es realmente un personaje inolvidable. Para mí fue un aprendizaje enorme, que en tu caso compartimos un tiempo. Me contenta haber recibido tus blog.
Saludos afectuosos
un poema que es piel de eternidad beatriz alicia. no te detengas, sigue en la poesía aunque la diosa exija los huesos.
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