VIENA (EN EL
CAFÉ MUSEUM
A mi hermana
Ana
I
¿Se puede
penetrar en el espacio de la memoria?
La estancia
tiene forma de pentagrama, los muros oscuroa
y anchos y
unos cuantos libros en las esquinas.
Pudieran
servirnos un café turco, en toda su gloria,
para
contrarrestar la fría lluvia de primavera.
Si logramos
traspasar la doble puerta
nos haremos
fuertes frente a lo extraño. Por no escuchar
el reclamo
de la caverna escondo un Jacinto azul entre la ropa.
II
Hallamos en
sus muros desconchados
un juego
zodiacal para protegernos del hado,
al abrigo de
la luz, al amparo de las miradas.
Los animales
del cielo nos señalan desde sus asientos
y no podemos
escapar a sus bramidos,
la fuerza
del espíritu clama por el advenimiento
de lo
oculto, el grito del Sardanápalo ya asesinado.
Los signos
se repiten en la dureza de la piedra.
III
La
disciplina gobierna nuestras vidas,
no podemos
dejar de andar por las constelaciones
para atajar
la suerte en el sueño de los antepasados.
Hasta el
punto marcado, hasta el espacio acotado,
todo es
reflejo de las aguas superiores, del movimiento
de la batuta
sobre la línea negra.
El castillo
de Bartók es sólo el punto de partida,
luz y dolor
para reconocernos en el jardín cifrado.
Roberto Häsler
Mariposa y caballo (Libro de viajes),
2002
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