Los
capitalinos solemos ignorar la obra de los escritores y poetas de provincia, a
menos que se muden a la capital o que tengan la fortuna de ganar renombre más
allá de su región. Generalmente no nos llegan sus libros, son publicados en
tirajes pequeños por editoriales locales o si nos llegan, no les prestamos
mucha atención. A Cósimo Mandrillo (Taranto, Italia; 1951), le debo haber
podido leer la obra de la poeta zuliana María Calcaño, cuando pocos la habían
leído, gracias a una edición que Mandrillo coordinó y me leyó alguna tarde de 1992 el desaparecido poeta Carlos Brito. Hace algunos años pude
conocer a Mandrillo aquí en Caracas, había sido invitado para la Feria Internacional
del libro de Caracas. Sostuvimos una breve y cordial conversación.
Posteriormente di en librerías con dos de sus libros de poesía Todo indicio de ti (2006) y La muerte y otros regazos (2014).
Compartiré algunos de los textos de Todo
indicio de ti, libro de poemas dedicado al amor desde la piel y el deseo, en el que la mujer amada es la puerta y el vínculo hacia otros referentes que la vinculan al goce de vivir.. Pero finalmente
también su ausencia se canta, cuando la pasión ha acabado.
La pie de mi hembra cubre esta mesa
He puesto cúrcuma y deseó en su carne
Y un grano de anís bajo la lengua
Para sus senos
Ni miel ni vino ni coca-cola
Sólo un grumo de sal
Cultivado en el oleaje de agosto
Sobre su vientre
Con una mezcla de achiote, ajonjolí y canela
Cocinaré el recorrido de estas manos
Boca saturada
Clavo de olor
Jenjibre abrillantado y laurel
Dormiré ahíto
En el horno de sus muslos
Indigestamente enamorado
& & &
El que sueña
y el que habla no es el mismo
El que sueña
desbroza de malezas y malicia
El cuerpo
nuevo de su mujer
Se dice:
Esta mujer
es mi alimento
Mi plegaria
de la tarde
Mi taza
pintada de azufre y carbón
Ella, entre
tanto, cuece su alma
En esa
pócima de amor
Que guarda
En la magia
terrible de sus piernas
& & &
Pienso en ti
Como
náufrago que mira el mar
Desde la
franja de arena
Que le sirve
de refugio y cárcel
Y es un mar
de tal modo suyo
Que no puede
sentir sino que se le escapa
Que su
mirada en la orilla
Contiene y
aleja
El horizonte
en el que se mira
Y se ve a sí
mismo
Como un
hombre que parado en la orilla
Contempla un
mar
Cada vez más
inmenso
Más extraño
Y más suyo
& & &
Leo en el pergamino que eres
Te recorro en cada palabra
Te reconozco
Entro en ti sigiloso
Para encontrarme
Leo
Puede que estés aquí
Eres la mano que sigue la línea
La lengua que pronuncia cada palabra y su aroma
& & &
Son iguales el despertar y el harakiri
En ambos una
inapropiada daga
Perfora
intestinos y alma
La carne se
retuerce como si fuera sábado
Y una sombra
se descuelga de la cama
Donde se
paseó el amor la noche entera
& & &
Habrá que despedirse
Tomarse del
silencio
E irse lento
a casa
Buscar
estrategias para el olvido
Lavar platos
anula el pensamiento
Amarrarse al
televisor como tigre herido
Para detener
hemorragias
Tiempo para
el repaso
Recorrer el
cuerpo ausente
Con
precisión de bisturí
Recrear el
sabor de salivas y sudores
La textura
buena de piel y lengua
& & &
No hacer la cama
No alisar
las sábanas
Buscar todo
indicio de ti
Identificar
cada sospecha de tu cuerpo
Determinar
rastros de humores, piel cabello
Analizarlos
a conciencia
Determinar
culpabilidad
Guardar el
expediente al fondo del alma
& & &
Se puede
navegar desde una ventana
Con la pura
humedad de adentro
O con toda
el agua del cielo
Se puede
navegar aferrado a una sábana como a una vela
Con el
viento del sueño empujando a estribor
Al oleaje de
lo oscuro
Lo que no
sabemos y nos gusta
Se puede
navegar como quien vive
Mansamente
hipnotizado
Por lo
pequeño del día
Llevado por
la corriente
& & &
Para
reconstruir un rostro
Colóquese
arriba la voz
A un lado la
mano que se cruza
Una que otra
pregunta
Si nadie lo
reconoce
Continúe
perdido en su cuerpo
Hasta
hallarse en la última línea
Como
visitante solo
Cósimo
Mandrillo. Escritor venezolano de origen italiano (Taranto, Italia; 1951). (poeta, narrador, ensayista, autor de
guiones para títeres y cine, recopilador, cronista y crítico), y asimismo docente
e investigador. Desde niño vive en
Zulia, Venezuela. Es licenciado y magíster en literatura venezolana por la
Universidad del Zulia (LUZ). Doctor en literatura hispanoamericana por la
Universidad de Iowa (EUA). Profesor e investigador de la Escuela de Letras y
del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Literarias del cual fue
director, actual coordinador de la maestría en Literatura Venezolana de LUZ. Ha
publicado:
8 cuentos para títeres. (1976)
Selección de textos críticos de la
literatura zuliana.
(1982)
José Ramón Yépez. (1982)
Literatura zuliana. (1984)
Migra. (1985)
El árbol de jugar. (1985)
Literatura zuliana siglo XIX. (De los
inicios a Ildefonso Vázquez). 1987
La ciudad de Udón. (1990)
Parte de guerra. (1991)
El mundo es una piedra. 1991)
Poemas de lengua brava.(1991)
Víbora y barro: acercamientos a la
obra de Gustavo Díaz Solís. (2004)
Todo indicio de ti. (2006)
A boca de agua. (2008)
Poemas de Sa’awa. (2011)
De la muerte y otros regazos. (2014)
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