Muchos la
conocen seguramente como @lachocron, esa aguda periodista que dispara a matar
en twitter, comentando los acontecimientos de la realidad venezolana, sin
concesiones. Sonia, en realidad es también poeta, narradora, guionista de cine y televisión, con diversos premios en todas esas vertientes de escritura. Ya no recuerdo cuándo nos conocimos Sonia Chocrón y yo; pero sin
conocernos, en la década de los noventa, ambas estábamos escribiendo versos
ambientados en la época medieval. Ella escribía Toledana (1992), ese
bello libro de los amores entre Raquel “una judía fermosa y toledana” y el rey
Alfonso VIII de Castilla. Mis lecturas de la Escuela de Letras sobre la Edad
Media, sus acontecimientos y personajes históricos, los versos de trovadores
medievales escuchados en interpretaciones de la Camerata de Caracas, Clemencic
Consort y un fugaz y apasionado romance, a mediados de los 90, me llevaron a
escribir Acto de fe, que fue
escenificado en 1997 por la actriz Juliana Cuervos, en el Museo Sacro de
Caracas, y posteriormente publicado por La Liebre Libre en el 2000.
Escenificación de Acto de fe en Museo Sacro de Caracas
Posteriormente,
Sonia publicó Púrpura (1998), en el
que viaja por las sonoridades del decir clásico de nuestra lengua, el
castellano, a través de poemas rimados y
La buena hora (2002), que
paradójicamente arropa en la mayoría de sus versos muerte, incertidumbre, soledad
y melancolía. Estos tres primeros libros de Poesía, luego fueron editados en
conjunto por el sello Bid & co., en 2010, bajo el título Poesía re-unida. En 2014, la editorial
Lugar Común publica el libro que hoy les quiero comentar, Mary Poppins y otros poemas.
Hay
referentes decididamente generacionales, o más bien, epocales. Porque el
personaje que encarnara en el cine Julie Andrews, la institutriz Mary
Poppins, quizá enamoró a más de una
generación, con su paraguas, su bolso de viajes y sus canciones. El cine,
también, es un referente importante, que fue acompañando a varias generaciones,
antes de que el cine empezara a verse en casa. ¿Qué hace que unas películas
sean parte de nuestro equipaje, de nuestra memoria? No lo sé, pero es la misma
razón por la que algunos libros o canciones nos acompañan y volvemos a ellos,
como los amantes vuelven a los amantes. En el caso de Sonia Chocrón, su amor
por la imagen la llevó muy joven a La Habana, a la escuela de cine de San
Antonio de los Baños, donde conoció a Gabriel García Márquez, y luego fue
invitada por él a trabajar en algunos proyectos audiovisuales en México. El
cine, no es, pues, un referente azaroso en la vida de esta periodista,
narradora, guionista de cine y televisión y poeta. Sin duda.
En el pórtico
de su libro nos dice:
En el año 2002 escribí el primer poema de
esta recopilación.
Tan solo diez años después, y a pulso, he podido completar
las partículas de algunas memorias.
las partículas de algunas memorias.
Pero entiéndase bien:
este libro no es una lista sesuda de las
mejores películas de la cinematografía mundial.
Tampoco es una selección
de las películas favoritas de la autora.
Es más bien un conjunto
arbitrario de postales o el intento
de fijar recuerdos con la exactitud de una cinemateca.
de fijar recuerdos con la exactitud de una cinemateca.
Así que Mary Poppins y otros poemas se nos ofrece como “partículas de
algunas memorias” y “un conjunto arbitrario de postales o el intento de fijar
recuerdos con la exactitud de una cinemateca”. La memoria, efectivamente, suele
ser un poco arbitraria en los recuerdos que nos trae; pero sin duda, esos
recuerdos, tienen para nosotros una carga emotiva, un color, una sensación en
el alma, que a veces puede ser un tanto alegre, como ese toque de fucsia en la
portada del libro de “La Chocrón”, que enmarca la foto de Mary Poppins; otras
veces es agridulce, y tiene colores más tenues. O a veces nos deja
reflexionando o nos hace sonreír, en complicidad, como quienes comparten una
travesura. Escuché en voz de Sonia varios de los textos que componen el libro,
antes de su publicación. Al releerlos evoco algunas de estas atmósferas
emotivas que he mencionado, unidas al tono y la expresión en que la escuché
leer sus versos.
Sonia es una mujer de temple, ya lo
dije, pero como todos tiene laberintos por donde su alma va y viene. En estas
evocaciones cinematográficas, la mujer madura que hoy es, va tomando películas,
personajes y escenas que ha ido guardando y escoge ciertos elementos para
configurar esas “memorias”, “esas postales”, desde diversas perspectivas. Cada película escogida genera su
propio universo, su tono, la voz narrativa que la comenta. Algunas una sola
frase, unos breves versos, en otras se demora en versos más largos,
descriptivos, como el poema que da título al libro “Mary Poppins”. La vida y la
ficción parecen cruzarse en una frontera bastante difusa en la que, como ocurre
en “La rosa púrpura del Cairo”, una de las películas que sirven de referencia,
los personajes de ficción salen de la pantalla y se vinculan con la espectadora
atónita. Pero en este caso, es la poeta quien entrecruza en estas postales
cinematográficas ficción y vida, cine y reflexión, para construir un universo
poético propio, en el que nos habla del deseo, del amor, del desencanto, del
juego de vivir que a veces se pierde, a veces se gana, de la muerte.
Comparto una selección de poemas:
ROSA PÚRPURA DEL CAIRO
Si se pudiera morir varias veces
si fuera posible ensayar el terror y hacerlo tan común
como la mañana pequeña de todos los días
su solecito tenue
adoraría la muerte como si fuese nada más
el fin de una película infausta
Se encenderían las luces y
la historia recomenzando
-fotograma terco-
nuevamente
y otra vez a intentarla
a la salida de la sala llena de gente
carnes palpables
mordiendo pop corn
Si se pudiera morir varias veces y ejercitar el arte
como quien corrige la palabra
del poema ideal
obcecadamente como una condena
si se pudiera morir varias veces
adoraría la muerte como al amor
sería perfecta
EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
¡Que les corten la cabeza!
por pensar
OCHO Y MEDIO
A los ocho y medio
yo soñaba historias de príncipes
A los dieciocho y medio
reía sin más
tontamente
A los veintiocho y medio
viajaba
A los treinta y ocho y medio
cambiaba mi historia errante
por un hogar
Y ahora que voy por la cuenta de cincuenta
ya no sé qué más hacer
para enterrar las cosas muertas
para no asustarme tanto
para que todo valga la pena
BIRDY
Allí desnudo al filo de la ventana
hecho de pectorales blancos
y nalgas colmadas
como un estandarte de libertad rasa
me recuerdas
que sigo agazapada esperando
que me crezcan las alas
SÉPTIMO SELLO
No es un chiste sentarse a jugar
ajedrez
en blanco y negro
con La Parca
Ella nunca nos dirá sus secretos
Peor aún,
se corre el riesgo
de ganarle
MARY POPPINS
Después de tanto amor por la familia Banks
Mary se iba volando
con el viento a favor
del final
y sin fotos para llevar en el portamonedas
porque su deber había sido consumado
De la misma forma recuerdo
la mirada de mi madre y sus ojos
que también de mucho amor
se hicieron tecnicolor
la última vez que su silencio fue eterno.
Ella nos vio para siempre
(y sentí vergüenza por los sueños
que no le cumplí,
que nunca soñé yo)
y acompañamos su calma al final
como lobas en vela
por la predecible huida de Mary mamá Poppins
yéndose levemente en su paraguas volador
al aire
difusa
cada vez menos
cada vez más mínima en la pantalla de la memoria
cada vez menos
como nosotras junto a ella
ausentes ya
de todo pasado
y de todas las promesas.
UN RESPLANDOR
Jack,
querido,
viéndote así
a plena luz,
no eres el mismo.
Eres peor.
TODAS LAS NARANJAS SON MECÁNICAS
Todas las naranjas son mecánicas
Se pelan
Se chupan
Se lamen
Se tragan
Se exprimen con alevosía y desafuero
Se diluyen en un zumo
Y se deshecha el bagazo indefenso
al final
como un cadáver
como si nada
Son tan parecidas las naranjas
al tiempo
y su maldad
En 2019 Kalathos Ediciones publicó Bruxa, un nuevo título de La Chocrón, junto a Toledana, su primer libro, que está entre mis lecturas pendientes, por eso no lo reseño aquí.
Beatriz Alicia García
Caracas, marzo 6, 2020
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